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Nieves, la hija del presidente

Por
Pelotas - Celia Freijeiro, 'Nieves'

EDAD: 26 añosPESO: delgadaNACIONALIDAD: españolaALTURA: 1'67DEMARCACIÓN: no se sabeALIAS: NievesCLUB ACTUAL: pasa del fútbol... hasta que conoce a KimPALMARÉS: desempeñar trabajos no aptos para todos los públicosActriz: Celia Freijeiro

Aunque no lo reconocerá nunca, lleva en los genes el temperamento autosuficiente de su padre (que, recordémoslo, a los quince años ya tuvo que ponerse a trabajar). Ese choque de fuertes personalidades entre NIEVES y FLORENCIO provoca que, desde adolescente, encuentre un placer añadido en hacer determinadas cosas que sabe que molestarán a su padre. Un ejemplo de ello sería cuando tenía quince años, que fue a una manifestación antisistema y salió por la tele quemando una bandera norteamericana.

Nunca le ha dado miedo probar nuevas experiencias. Más que la típica actitud adolescente de vivir al borde del abismo, en su caso es consecuencia de un hedonista instinto creativo, que la empuja a buscar continuamente nuevas sensaciones. Es una persona muy sensual, en el sentido puro del término, que vive la sexualidad sin tapujos.

En la segunda temporada Nieves se pone al frente de la tienda de Bea, y corazón será un mar de dudas.

Familia y amistades

Hija de FLORENCIO y Elena nació en 1985 en L'Hospitalet de Llobregat. A los 18 años se marchó a vivir a Londres. Ahora que ha muerto su madre, ha vuelto a casa e intentará convivir con su padre. No será tarea fácil.

Tiene a su abuela AMALIA, a la que acabará recurriendo para pedir apoyo o consejo, tal y como hacen su tía BEA y su prima CRIS.

Su amiga de toda la vida es Carol, una chica algo pijilla con la que fue al Instituto. Al cumplir ambas los dieciocho, se fueron a estudiar a Liverpool.

Liverpool Calling

La mala relación con su padre hizo que, al acabar la universidad, se marchara de casa. Y bien lejos, a Liverpool.

Al principio, fue una huida de "niña bien": Carol y ella se instalaron en un apartamento que les costaba 175 libras por semana, a lo que había que sumar electricidad, teléfono, lo que costaba la Academia... Con el trabajo que encontraron (de camarera los fines de semana en un bar), no tenían bastante; así que tuvieron que tirar de los giros de papá y mamá. Total, que era un chollo: con 18 años, sin nadie que las controlara, acostándose con quien les daba la gana, y sin excesivos agobios.