Álex García y Carlota Olcina, estrellas de la tertulia mensual en "Bienvenido a Casa"
- Los hermanos García hablaron sobre su trabajo en la serie
- Además, dieron algunas pistas sobre lo que sucederá en próximos episodios
- Junto a ellos estuvo Sonsoles Maroto, una de las fans ganadoras en el concurso de la web
Álex García y Carlota Olcina, los actores que dan vida a Alfonso y Teresa García, fueron los invitados estrella de la tertulia sobre Amar en tiempos revueltos que celeramos el pasado sábado en el programa de Radio Nacional 'Bienvenido a casa'.
Los actores compartieron la tertulia con Sonsoles Maroto, la fan que quedó en segunda posición en el concurso de relatos con un texto en el que explicaba su particular visión de como iba a terminar el triángulo amoroso formado por Héctor, Ana y Teresa.
Sonsoles, natural de Ávila, reconoció que sigue la serie desde la primera temporada y durante la charla que mantuvo con los actores antes de entrar al estudio de 'Bienvenido a Casa'. Además, la seguidora afirmó que los García son sus favoritos 'porque son muy humildes y han sabido ganarse la vida'.
Mayor protagonismo para los hermanos García
Durante la tertulia, Álex y Carlota hablaron sobre sus personajes que, tal y como nos adelantaron, van a tener un mayor protagonismo durante las próximos capítulos. Los actores también saludaron a algunos de los seguidores de la serie que intervinieron en directo en la tertulia a través de sus llamadas teléfonicas.
El próximo mes, Amar en tiempos revueltos volverá a las ondas radiofónicas. Mientras tanto, podéis ir leyendo el texto que ha permitido a Sonsoles conocer a dos de sus actores favoritos de la serie.
A principios de Mayo de 1952 se celebra la boda de Héctor y Teresa, pero hasta llegar hasta allí muchas son las dificultades que han tenido que sortear. Teresa se prepara con ayuda de su madre para este gran día, antes de empezar a vestirse observa a la pequeña Teresa, una niña que ahora tiene 7 meses y que es hija de su amiga Ana y del hombre con el que ahora se va a casar, Héctor. Ana murió al poco tiempo de nacer la niña por una infección que se la produjo tras un parto complicado. Antes de morir hizo prometer a su amiga que cuidaría de la niña, a la que Ana había puesto de nombre Teresa, como su gran amiga. Además, Ana también se despidió de su abuela, quién había descubierto era su verdadera madre y a la que perdonó a pesar de todo el daño que le había hecho, y de su padre Ramón. Los últimos meses antes de su muerte no habían sido fáciles para Ana, y es que, tras descubrir a Ramón y a Encarna juntos y escucharles decir que su plan para arruinarle la vida a Marta y alejarla de Ana había funcionado, Ana decidió escapar de aquella casa. Pero antes de eso se fue a buscar a Marta, quién ella creía era su madre y juntas iniciaron una nueva vida. Ambas se alojaron en una pensión lejos de la casa familiar de Los Rivas y Marta buscó trabajo como dependienta en un comercio. No tenían la riqueza de Los Rivas pero eran felices. Hasta que un día Ana descubrió que estaba embarazada, entonces se desesperó, no sabía qué hacer, el hijo que esperaba era fruto de una noche que querría olvidar en la que había sido capaz de traicionar a su mejor amiga acostándose con el novio de ésta. Ana entró en una profunda depresión y Marta, queriéndola ayudar, fue a buscar a Teresa, quién, al principio se negó a ir a ver a su amiga, pero luego aceptó, y al verla en ese estado, decidió perdonarla y ayudarla, y lo primero que hizo fue avisar a Héctor, pues pensó que ese niño necesitaba estar junto a su padre. Avisado por Teresa, Héctor fue junto a Ana y decidió estar junto a ella y al bebé. Ana le pidió que, ahora que era detective privado, investigase a su familia. Héctor así lo hizo y, con ayuda de Teresa empezó a hacer averiguaciones sobre Los Rivas. Y así fue como descubrió que Encarna era la verdadera madre de Ana, y todos los tejemanejes y engaños que Los Rivas habían llevado a cabo para llegar hasta donde se encontraban ahora. La cercanía entre Teresa y Héctor hizo que el amor que una vez vivieron resurgiera entre ellos, pero ambos sabían que lo suyo no podía ser, pues ahora lo importante eran Ana y el bebé. Además de esta investigación, Héctor estaba al tanto de la investigación sobre el asesino del barrio. La última víctima, Clementina, una dependienta de los almacenes, le puso sobre la pista de Ramón Rivas, al que decidió vigilar muy de cerca. Tras la muerte de Ana, Ramón enloqueció de de dolor, y culpó de todo a Teresa, por eso, una noche, decidió matarla, pero Héctor, que le había seguido, la salvó de una muerte segura, y detuvo a Ramón Rivas . A partir de ahí los acontecimientos se precipitaron, Ovidio fue cesado de su cargo y, en su lugar nombraron a Héctor. Mientras Encarna no pudo soportar tanto dolor y se suicidó, dejando toda la fortuna de Los Rivas en manos de la pequeña Teresa y la que ahora era su tutora legal, Teresa. Con este dinero, Teresa pagó la operación de Adelaida, la novia de su hermano, que pronto pudo ver. Después compró una casa más grande para su familia. Pero además, decidió dar otra oportunidad a Héctor, quién le pidió matrimonio. Ambos se casaron con la familia de ella como testigo. Alfonso se había casado con Adelaida. Carmen y Pascual se habían reconciliado. Simón había conseguido un buen trabajo como dibujante. Además asistieron los del barrio. Manolita y Marcelino tuvieron un niño, y Sole y Juanito se habían hecho cargo de la niña de Luisa tras la muerte de esta. Además Marta vivió como una más de la familia, siempre cerca de la pequeña Teresa que la recordaba a Ana. A la salida de la Iglesia los novios, con la pequeña Teresa en brazos, se juraron amor eterno con un beso en los labios.