La novela de la Albufera
"Cañas y Barro" es la historia de tres generaciones de humildes trabajadores unidos por la pesca en la Albufera; una narración que habla del trabajo, la tierra, la pasión, la familia... componentes decisivos para triunfar primero como novela y después como serie televisiva.
Publicada en 1902, dicen de ella que es la novela del ciclo valenciano del Blasco Ibáñez que mejor representa la vida y el carácter de las gentes de su tierra. Algo que podría deberse a la extensa documentación realizada previamente por el autor. Según su biógrafo, León Roca, durante la primavera de 1902, Blasco frecuentó el lago tomando notas y apuntes, conformando su obra a base de piezas arancadas a la propia vida.
Al parecer, partió de Masanasa en una embarcación y pasó unos 20 días en la Albufera. Comía en la tienda del Tío Sucre, único edificio de piedra en el Palmar, y paseaba por los alrededores de la taberna captando tipos y aprehendiendo el ambiente.
Muchos de estos tipos se hicieron perfectamente reconocibles en la novela. El diario El País recogía en 2001 el testimonio de uno de los seres reales convertidos en personaje literario por Vicente Blasco Ibáñez, el tío Michaorella, "El Desorejado". En los años 60 había concedido una entrevista a "La Semana Gráfica" en la que recordaba como cómo se enteró de su intervención en "Cañas y barro": "El por entonces novio de una de mis hijas era soldado en Marruecos y, por distraer sus ocios de campaña, compró en Melilla "Cañas y barro". Se encontró al ir leyéndolo con la agradable sorpresa de hallarse con gente conocida, entre los que yo ocupo el primer lugar". "¿Y eran también reales los otros personajes?" le preguntaba el periodista. "Reales y conocidos, casi todos; muchos decían que no eran ellos, pero se les veía la oreja".
Neleta, el personaje femenino más determinante de la obra, también existió y el novelista no modificó ni disimuló su nombre. Algo parecido a lo que ocurre con Tonet, que podría ser un paisano de El Saler al que se conocía como Tonet, "el Bonico".
Nos encontramos ante una novela intensa, un aguafuerte de la tierra valenciana de finales del siglo XIX y sus habitantes a la que la historia, el cine y la televisión consagraron como la novela de la Albufera.