En Portada. Sierra Leona. Marcados por la guerra
- Emitido el 14 de abril de 2006
- Premio Derecho a la infancia y Periodismo 2006
Más de cien países firmaron el protocolo internacional que prohíbe el uso de menores de 18 años en conflictos armados. A pesar de ello, miles de niños luchan en ejércitos y bandas armadas en África, Asia y América Latina. Los niños son tan manipulables, resultan tan efectivos en combate y en los países pobres, están tan desprotegidos que se convierten en blanco de bandas y ejércitos desaprensivos.
El reportaje de EN PORTADA, 'Sierra Leona. Marcados por la guerra', muestra los daños que provoca en los niños su paso por movimientos armados. Diversos jóvenes de Sierra Leona cuentan como su infancia y su vida quedó destrozada cuando cayeron en manos de la guerrilla del RUF (Frente Unido Revolucionario).
Al mismo tiempo, padres y maestros explican lo difícil que es controlar a los niños que participaron en la guerra y cómo, acabado el conflicto, el mal comportamiento se extiende a la población infantil en general. Esta situación se agrava con la precariedad del sistema educativo de los países que han sufrido el conflicto, como Sierra Leona.
El equipo de EN PORTADA habló con chicos que pasaron por programas de rehabilitación y han podido rehacer su vida. El caso de Sierra Leona muestra que, en general, los niños soldados pueden volver a tener una vida normal, si reciben la ayuda adecuada para reintegrarse en la sociedad.
En cambio, el reportaje denuncia que la rehabilitación de las niñas es muy difícil. Ellas son obligadas a combatir pero también a satisfacer sexualmente a sus jefes. El secuestro, la violación constante y el consecuente nacimiento de hijos, que no son aceptados por su comunidad, provoca daños irreversibles en niñas y jóvenes.
El problema es que miles de niños y niñas que han estado en manos de grupos armados y ejércitos no reciben ayuda porque sus comunidades son tan pobres que no pueden pagarla. Lo que queda claro en 'Sierra Leona. Marcados por la guerra' es que los conflictos continúan pasando factura a los niños cuando las guerras se acaban.