"Enchufados al sol" en El escarabajo verde
La producción de energía fotovoltaica ha crecido de forma espectacular en nuestro país y ha convertido a España en líder del mercado mundial. La venta de Kw. solares a las compañías eléctricas y las primas ofrecidas por el gobierno la convirtieron en un sector muy atractivo lo que, unido a la crisis del ladrillo, hizo que muchas empresas se interesaran por este nuevo sector en alza y aparecieran los primeros casos de fraude y especulación.
Pero, mientras que las grandes empresas han encontrado un negocio muy rentable, los particulares han quedado fuera del mercado fotovoltaico. Cualquier persona que quiera producir la energía que consume en su casa tiene que pasar los mismos trámites que una gran central y facturar el excedente a la compañía eléctrica.
Es por eso que el mercado fotovoltaico en España está totalmente descompensado. Mientras que son pocas las instalaciones en tejados, los mega-huertos solares han invadido el paisaje como si se tratara de una plaga. Tan grande ha sido el crecimiento que el gobierno ha echado el freno y en septiembre del año pasado aprobó un nuevo decreto que limita la potencia que se puede instalar y también las primas. Se acaba el chollo y el sector ya empieza a hablar de crisis y parálisis.
Pero no todo son malas noticias en la fotovoltaica. Los expertos auguran que en cuatro o cinco años se habrán rebajado tanto los costes que al consumidor final le resultará más barato generar su propia energía eléctrica con paneles fotovoltaicos en su tejado que comprársela a la compañía de turno. Aunque, para que esa teoría funcione los particulares deberán tener acceso a la energía solar sin burocracia ni facturas. En este sentido, la Comisión Nacional de la Energía ya ha pedido al gobierno que simplifique estos trámites.
Otros, como la Fundación Terra, prefieren evitar el papeleo sin esperar más tiempo e impulsan la guerrilla solar: una campaña para que los particulares consuman la energía que produce su propio hogar, sin facturas, ni trámites y con sólo conectar una pequeña placa fotovoltaica. Una acción de activismo solar al margen de la ley.
Todo parece indicar que hasta llegar a ese momento del autoconsumo, la fotovoltaica se verá más como un negocio que como una alternativa sostenible para el consumidor de a pie. Los titulares hablan de especulación, boom, crisis o fraude en la energía solar y cabe preguntarse dónde empieza la iniciativa empresarial teñida de ecología y dónde el negocio puro y duro.
Un documental de Aurora Redón y Arantxa SoroaImagen y sonido: Nicolás Sánchez y Juan BañoMontaje: Dani Sánchez