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Antonio y Wálter, con ganas de volver a una vida normal

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El coro de la cárcel - Entrevista a Wálter Sánchez

Antonio Hernández tiene 33 años y es de Burgos, está condenado a 9 años por robo con intimidación. Cuenta en El coro de la cárcel que se crió con sus abuelos y a los 15 años se enteró de que su supuesta hermana era su madre. Afirma que tiene una "espina clavada en su corazón" por no poder estar con sus abuelos y demostrarles que ha cambiado.

Antonio se enganchó de joven a la heroína y a la cocaína, y comenzó a robar, porque a su juicio "era más fácil". Se metió en un mundo del que no podía salir. También es seropositivo, pero ha optado por "apechugar y tirar hacia delante".

Tenía mujer y una hija. Su pareja también estaba en la cárcel y quería dar a la niña en adopción. Antonio la dejó con su cuñada, y le duele mucho que no le reconozca, a pesar de que reconoce que no ha sido un buen padre.

Wálter: una condena injusta

Wálter Sánchez es colombiano, tiene 36 años y fue condenado a 10 años y medio por tráfico de drogas. Ya ha cumplido la mitad. Se crió en EE.UU. con su madre, ya que su padre regresó a Colombia. Allí Wálter llevó una vida despreocupada, hasta que vino a España a participar en un negocio de compra de maquinaria para Sudamérica, pero les robaron el dinero de la inversión.

Wálter se quedó en España conviviendo en un chalet con traficantes, y se vio envuelto en una entrega de drogas. A su juicio, es injusto que él esté en la cárcel; considera que en parte está condenado por ser colombiano. Sin embargo, intenta llevarlo lo mejor que puede. Su alegría ha sido Gabriela, compatriota que estuvo apoyándole cuando ingresó en prisión. Al tiempo ella también fue encarcelada y acabaron casándose.