"Ibiza, entre el negocio local y el Patrimonio Mundial" en El Escarabajo Verde
La ampliación del puerto de Ibiza pone en entredicho la calificación de la ciudad como "ciudad Patrimonio de la Humanidad", tal como en su día la declaró la UNESCO. La obra, que contempla el dragado del puerto y la modificación de la fachada marítima, puede causar daños paisajísticos y ambientales que han obligado al Comité del Patrimonio Mundial a solicitar al Gobierno español la paralización del proyecto para poder evaluar el impacto que tendrá sobre los bienes catalogados.
Un documental de Mario de la Mano
Imagen: Óscar Martínez Forcada
Sonido: Juan Baño
Los desencuentros entre los conservacionistas y la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) han sido constantes desde que se empezaron a fraguar las obras de ampliación. Según los primeros, la obra es del todo innecesaria, sobredimensionada respecto a las necesidades reales de la ciudad y con un coste también desproporcionado. A ello, añaden el peligro de que la UNESCO retire a Ibiza la catalogación de "Patrimonio Mundial" del que goza, así como los daños que estas mismas obras podrían causar en la pradera de Posidonia oceánica que une las Pitiusas y que está considerada como la más antigua y extensa del Planeta. El hecho de no haber contemplado otras alternativas menos agresivas con el medio y más adecuadas al tráfico marítimo anual que genera la ciudad es otra de las puntas de lanza de las voces contrarias al proyecto que se han unido para rechazarlo en la plataforma "Eivissa al límit" y bajo el lema "Macroport no!".
Por el contrario, tanto el Ayuntamiento de Ibiza, como el "Consell Insular" y la propia APB defienden estas obras que, dicen, solucionarían de un modo definitivo los problemas históricos que padece el puerto, situado en una de las zonas más céntricas de Ibiza y sometido a un tránsito constante de vehículos de carga que lo convierten en un peligro para los transeúntes. El nuevo puerto, más amplio y moderno, también solventaría los inconvenientes que sufre el pasaje que llega a la ciudad y que se ve obligado a caminar por en medio de las zonas de acceso de carga al no disponer de una estación marítima adecuada. Aseguran que el estudio de impacto ambiental aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural Y Marino garantiza la inocuidad de esta infraestructura de modo que ninguna de las amenazas sugeridas por los conservacionistas llegaría a producirse.
Para los detractores de esta ampliación portuaria, construir o no según lo previsto depende ahora de los informes que elabore la UNESCO y de un movimiento social que exija la paralización del proyecto actual. Mientras tanto, la APB insiste en cumplir el calendario y ya ha licitado las obras, aunque no podrá iniciarlas hasta oír el dictamen del Comité de Patrimonio Mundial que, previsiblement, se hará público en julio del 2010.