Volver con... José Bono a Salobre
- El presidente del Congreso de los Diputados nos lleva a su pueblo
José Bono visita Salobre, el pueblo de Albacete en el que nació hace 59 años. Siempre que tiene ocasión, Bono vuelve a su lugar de origen, en donde deja de ser, por unas horas, presidente del Congreso de los Diputados para volver a ser Pepito, el nombre con el que le conocen sus vecinos.
El recorrido de José Bono por Salobre comienza en la placeta, centro neuralgico del pueblo, y en donde se encuentra con Ángeles, la mujer que le vio nacer, y Raquel Membrilla, la hija del médico que le trajo al mundo hace 49 años. Juntos recuerdan los primeros años de aquel niño inquieto al que todos querían en el pueblo.
Reencuentro con la familia
Su paseo le lleva hasta la tienda de ultramarinos que regenta su primo Francisco y a la única panadería de Salobre, que atiende Bernardo desde hace años. Mientras compra unos mantecados coincide con José Luis, el antiguo cura del pueblo. Juntos deciden dar un paseo por el río recordando los momentos difíciles que han compartido a lo largo de los años, el fallecimiento de la madre de José con tan sólo 47 años y el accidente fatal de su padre en el Estrecho del Hocino.
Las mejores vistas de Salobre pueden disfrutarse desde el mirador de la antigua iglesia, parada obligada para el viajero. Al calor del sol de la tarde, José charla con Pascual y Mari, un matrimonio de Salobre que compartió con él sus primeras campañas políticas por los pueblos de la Mancha.
La jornada termina de vuelta a la casa familiar en el centro de Salobre. Una placa en la fachada recuerda los 16 años que el padre de José trabajó como alcalde del pueblo. En la terraza de la casa José comparte con sus primas Maripe y Concha los recuerdos de aquellos años que pasaron juntos siendo niños.
Reunión con los amigos
Cuando se encuentra en Salobre, José comienza las mañanas con un paseo por el campo acompañado de algunos amigos del pueblo. Hoy caminan a su lado Paco, el alcald,e y Pedro, el dueño de la carnicería. Después reponen fuerzas con un buen almuerzo en la placeta a base de tomates con sal gorda. Se unen a la reunión Ramona y Mari, dos amigas de Salobre y Aurelio, un primo de José que supuso un gran apoyo para él en los comienzos de su carrera política.
De camino al cementerio, José charla animadamente con un grupo de jóvenes de Salobre que están reunidos en el mirador. Su prima Esther acude en su busca y juntos visitan a los familiares que reposan en el cementerio del pueblo. Once miembros de la familia Bono comparten lecho. Alejandra, una vecina de toda la vida tiene la ocasión de charlar con ellos en el camposanto.
La tía Teresa y el primo Emilio están de visita en Salobre y José los recibe en su casa. Aunque difieren en ideas políticas, les une un gran cariño desde siempre. Ana Bono visita de forma inesperada a su padre y José aprovecha la ocasión para compartir con ella todos los recuerdos que conserva en el antiguo hogar familiar.