El final de "Amar" según Roventy
La 5ª temporada de Amar en Tiempos Revueltos llega a su recta final en el momento más emocionante y con más intriga. Muy pocos podían pensar en septiembre que el matrimonio de Alfonso y Ana fracasaría y, muchos menos, de una forma tan dramática; o que al bueno de Mauricio le romperían el corazón, a la vez que su madre perdería la vista, mientras él, sin poner mala cara, seguiría ayudando a los que le rodean de una manera abnegada y ejemplar; tampoco era previsible que el flamante comisario Héctor Perea acabaría perdiendo su puesto al ¿toparse con la Iglesia¿ y por las triquiñuelas de quien se suponía era su amigo, el inspector Beltrán. El éxito de Amar se puede explicar por lo bien conectadas que están las tramas en la serie y porque muy pocas veces sabes qué es lo que va a ocurrir a continuación. Por eso, parece muy difícil predecir el final de la temporada, aventurar el futuro de unos personajes que ya sentimos como nuestros y a quienes tratamos con esa cotidiana ternura sólo reservada para los amigos más íntimos y para la familia.
Ese es el caso de Alfonso y Ana, esa historia de amor imposible, shakesperiana, donde la niña rica y el niño pobre se enamoran y, después de muchos avatares, triunfa el amor y se casan. Pero allí donde acaban las películas, la serie continúa y el matrimonio ha de enfrentarse a numerosas dificultades, en muchas ocasiones por el carácter egoísta de ambos. En el momento que escribo estas líneas, su matrimonio ha fracasado y el futuro se presenta más incierto que nunca. Alfonso es el que peor lo tiene: está fuera de sí probablemente por las secuelas que le han dejado las drogas, de cuya adicción aún no se ha curado del todo. Si tengo que hacer un pronóstico, creo que su final será trágico, quizá intentando una última locura contra Ana para asesinarla, antes de suicidarse él mismo. Será un duro final para un personaje difícil pero noble, que se había ganado por derecho propio el corazón y el cariño de la audiencia.
Esta tragedia acabará por unir definitivamente a Teresa y Ana. Sus sentimientos son cada día más difíciles de esconder y es posible que con el tiempo, las dos lleven una amistad especial, un romance encubierto que reviva de vez en cuando, aunque sin perder de vista nunca la época y la sociedad en la que viven, sabiendo que es un amor platónico e inalcanzable. Además, Teresa también quiere mucho a su marido, Héctor, el padre de su hijo, tan inteligente y de buen corazón, que siempre trata de hacer las cosas de manera correcta. Seguirá disfrutando de Teresa, de su hijo y de sus amigos, ignorante de los verdaderos sentimientos de su mujer, pero felices los tres al fin y al cabo. Por otro lado, seguro que Héctor seguirá resolviendo casos importantes y, más pronto que tarde, le dará una lección a su viejo compañero, ahora comisario, Beltrán, a quien dejará en evidencia. Aún así, aunque se lo pidan, nunca más volverá a ser policía porque nuestro detective es, ante todo, un hombre de principios.
Uno de los motivos por lo que Teresa y Ana se distanciaron fue la aparición de Rosa. Ésta y la dueña de los almacenes Rivas se hicieron muy amigas, lo que llenó de celos a Teresa hasta el punto de que se le agrió el carácter. Pero el futuro de Rosa parece estar lejos de la plaza de los frutos y del teatro Cervantes. Seguramente, con la ayuda de Ana consiga fundar su propia compañía y se marchará a hacer las Américas, donde sus sueños se harán realidad: se convertirá en una grandísima actriz, la estrella que siempre quiso ser. La fama y el éxito, por otro lado, conllevan sacrificios. Tal y como le previno su tía Estela del Val, una actriz reconocida debe pagar el precio de la soledad, el mismo que paga ella misma por su fama. Y es que es muy difícil enamorarse de verdad cuando lo más importante en tu vida es tu carrera profesional. Sin embargo, le auguramos un gran futuro como actriz y la audiencia se alegrará por ella porque en el fondo es una buena chica, trabajadora, que aprende de sus errores y que no paró hasta que alcanzó sus sueños.
Si Rosa se marcha de España, eso quiere decir que el destino de Mauricio no está junto a ella. Su historia es también la de un amor imposible, ya que un médico de aquellos años necesitaba a una mujer que hiciera las veces de enfermera, que le ayudara en la administración de la casa, en definitiva, una mujer atenta, buena, tradicional y sencilla, al mismo tiempo que con clase. Esas características son las que parece reunir Lucía, quien parece totalmente recuperada de su vida pasada. Ambos han sufrido mucho, pero ahora el futuro les ofrece una nueva oportunidad para ser felices, una ocasión que no van a desaprovechar porque están hechos el uno para el otro, porque los dos han nacido para ayudar a los demás, porque ambos merecen que su historia acabe de la mejor forma posible.
De entre todas las tramas de la serie, la más enigmática y con más incertidumbre es posiblemente la de Abel, Cristina y Salvador. Es una historia que no puede acabar bien sin que alguien salga dañado. Me atrevería a decir que Abel acabará por superar sus traumas infantiles con la ayuda y el apoyo de su mujer, mientras que Salvador tendrá que marcharse al exilio amoroso para no hacer daño a su primo y a su amada y para no perjudicarse él mismo. Como vino se irá: sin hacer ruido, con la cabeza alta, con su cuaderno debajo del brazo y la pluma en el bolsillo; con el corazón roto una vez más, habiendo perdido la guerra, primero, el amor después, pero con la melancólica resignación de los espíritus libres. Cristina, para aprender a sobrellevar la pena, escribirá entonces esa historia, su triángulo de amor entre el hombre de su vida y el hombre de sus sueños y plasmará en forma de novela todo aquello que guarda en el corazón y que no puede expresar abiertamente.
En cuanto a los demás personajes, es previsible que sigan con atención el desarrollo de los acontecimientos. Intuyo que Juan y Sole tendrán que volver, quizá antes de que acabe la temporada, para descubrir que Juanito ya está curado y para demostrar que aunque la vida a veces es muy difícil, con sacrificio y esfuerzo todo es posible. Por su parte, los de ¿El Asturiano¿ llorarán de pena por la muerte de Alfonso y después llorarán de emoción por la boda de Mauricio y de Lucía. Estarán en primera fila cuando nazca el bebe de Teresa y recibirán con los brazos abiertos a sus viejos amigos cuando vuelvan de Alemania. Por supuesto, Marcelino, Manuela y Pelayo seguirán poniendo ese toque de humor cortesano tan necesario en aquellos días de dictadura, pobreza y amor en tiempos revueltos.