Una infancia rota
- En la década de los 50, los niños prodigios invadieron la gran pantalla
- Marisol y Joselito fueron los más populares
Hace varias semanas llegó a la Plaza de los Frutos Mariquita del Sol, la niña más popular en la España de "Amar en tiempos revueltos". Manolita al ver a esa niña quiso que su hija se convirtiera también en una 'niña prodigio'.
Sin embargo, los bailes, la canción, la fama y las películas son sólo la cara más amable, meros adornos, de una realidad mucho más dura y oscura, que marcaría para siempre a esas pequeñas estrellas.
Marisol, un rayo de luz
Marisol fue y es la niña más famosa del cine español. Protagonizó muchas películas, todas ellas éxitos en la gran pantalla, entre los que se recuerda "Un rayo de luz", "Ha llegado un ángel" o "Tómbola".
Era guapa, popular, cantaba, bailaba, ... la envidia de las niñas de su generación, pero nadie sabía lo que se ocultaba tras esos enormes ojos azules. Pepa Flores, su verdadero nombre nació en Málaga y allí vivió feliz hasta que Manuel J. Goyanes la descubrió. Comenzó entonces la historia de un mito.
La propia Pepa reconoció que tuvo una infancia muy triste. Sufría mucho en los rodajes. La actriz cuenta que el director Luis Lucia Mingarro le decía que no volvería a ver a sus padres para que llorase y así conseguir una escena para la película.
Llevaba un ritmo de vida imposible de aguantar para una niña. Tenía largas jornadas de trabajo, poco tiempo libre y además separada de su familia. Fue tal el estrés y la presión a la que fue sometida que a los 15 años se le diagnosticó una úlcera de estómago.
El tiempo pasaba y la niña se estaba convirtiendo en mujer. Pero la pequeña Marisol era una mina de oro, por lo que su representante impuso a su madre que le vendase los pechos.
Se casó en dos ocasiones y ambas relaciones fracasaron. Actualmente Pepa vive en su tierra natal con su pareja, Máximo Stechinni, alejada de la vida pública y con el amargo recuerdo de su niñez.
Joselito, el ruiseñor que perdió la voz
José Jiménez Fernández, más conocido como Joselito, fue otro símbolo de la infancia en los años de la posguerra. El pequeño ruiseñor, como lo llamaban todos, fue muy popular en España y más tarde en Latinoamérica actuando en films como "Saeta del ruiseñor", "El ruiseñor de las cumbres" o "Escucha mi canción".
Joselito fue explotado y fueron muchos los que se arrimaron a él para lucrarse de su prodigiosa voz. Aunque el cantante nunca lo reconoció su infancia le marcó, y siendo ya adulto fue detenido en varias ocasiones y se le acusó de ser un cazador mercenario para grupos militares y golpistas en África, así como de vender droga, delito por el que cumplió cinco años de cárcel.
En varias ocasiones intentó volver a la profesión como cantante de baladas, con cortos papeles en el cine o ganar visibilidad pública con su participación en un 'reality' de televisión. Pero todos estos proyectos fracasaron.