Destino:España vuelve a Murcia con siete miradas distintas

Extranjeros en Murcia

Como tantos brasileños Pina llegó a España hace 17 años para jugar al fútbol. Ahora está retirado y trabaja en el supermercado de su mujer, en Bullas. Es el repartidor más famoso del pueblo gracias a que , como el dice, lleva la sonrisa en el balcón de su cara. Nos lleva de reparto y nos lleva a una bodega para conocer el rico vino de la zona.

Jean Paul es un francés lleva 33 años en España y es un amante del mar. Después de gritar con él ¡que viva la virgen! subidos en un barco, nos montaremos en su coche, un viejo deportivo para sabar de primera mano cómo se hacen las velas que fabrica.

Quizás les sorprenda saber que en Argelia hay culturistas, incluso tienen a un campeón del Mundo. Amidú también es argelino, culturista y es el campeón de su pueblo Molina de Segura donde vive desde hace 20 años. En su pueblo es tan raro como el meteorito más grande caído en España y que conservan en el museo local.

Recorrer La manga del Mar menor con Sandrina es un placer. Es sudafricana y hace 42 años que llegó a Murcia. Ahora dicen sus amigos que es una institución, un clásico, imparable. A su edad todavía anda en moto y navega, una pasión que la llevó a fundar la primera escuela de vela de la zona.

Las pinturas rupestres de Moratalla son patrimonio de la humanidad y son la razón que trajo aquí a Armando, un arqueólogo portugués con el que conocemos algo de ese arte prehistórico. En su pueblo coincidimos con las fiestas mayores que tienen un punto culminante. Los encierros en los que las vacas entran hasta en el bar.

A Tea lo que más le gusta de los españoles es que acogen a todo el mundo. Es eslovena y trabaja con inmigrantes en Lorca donde una quinta parte de los habitantes son extranjeros. Esta ciudad de 90.000 habitantes es un hervidero de actividades juveniles que conocemos de su mano.

Nuestro último extranjero es Abdel, un egipcio que cambió el Cairo por Murcia con una buena razón; se enamoró de una murciana. Ahora es Presidente de una asociación de comerciantes y confiesa que, aunque es musulmán de vez en cuando peca con esa tradición tan española de la cañita en el almuerzo.