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CELAF, de África para África

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Pueblo de Dios - CELAF, de África para África

El curso 1991-92, hace ya 20 años, iniciaba su andadura el Centro Lasaliano Africano, CELAF, en Abiyán. Era la respuesta a la necesidad de una formación sólida para los jóvenes religiosos africanos. Desde entonces ha contado con la ayuda económica de distintas organizaciones no gubernamentales, especialmente de la ong de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, PROYDE.

A partir de este curso 2010-2011 ya funciona el modelo de Licenciatura, Máster y Doctorado. El sector de estudios está enmarcado en "Ciencias de la Educación". El nuevo máster, de cinco años de duración, es el de "Administración y Gestión de Centros Escolares".

Este año se han matriculado en el CELAF 207 alumnos procedentes de 16 países y pertenecientes a 37 congregaciones masculinas y femeninas. El director del Centro Lasaliano Africano ha puesto todo su empeño en adaptar el Instituto al Plan Bolonia para convertirse en un referente internacional.

El centro fue promovido por los Hermanos de La Salle, pero enseguida lo hicieron suyo otras congregaciones religiosas. Se había puesto en marcha lo que sería el Instituto Superior de Ciencias Pedagógicas y Religiosas para frailes, monjas, seglares y sacerdotes que dedicarán su vida a tareas educativas. Sólo cinco años después, en 1995, recibía el reconocimiento de la Congregación romana para la Educación Católica.

A lo largo de sus 20 años de historia han sido más de medio millar de alumnos los que han pasado por sus aulas. La mayoría son religiosos y religiosas africanos que proceden de distintos países y pertenecen a diferentes congregaciones dedicadas a la enseñanza. Pero cada vez son más los laicos que optan por estudiar aquí. La titulación en Ciencias de la Educación que otorga el CELAF está reconocida civilmente por los 16 países que forman el CAMES; siglas del respetado “Consejo Africano y Malgache de la Educación Superior”.

El lema del CELAF, “Signum Fidei en África”, subraya su finalidad: ser un signo de fe cristiana en África. Para ello pretende formar a educadores cristianos en África y para África. En su propio ambiente y en contacto con las realidades inmediatas a las que tendrán que hacer frente en el futuro: una formación inculturada, a fin de que anuncien la Buena Noticia desde el interior de las culturas africanas y de los procesos educativos.