Crónicas. Almadén, mercurio y plata
- Viajamos hasta el que fue el mayor yacimiento de mercurio del planeta
- Retratamos la memoria de un pueblo cuya fuente de riqueza dejó de ser rentable
al-Maden, la Mina
En el presente siglo, nadie escribiría al-Maden como lo acabamos de hacer nosotros, aunque todos llamamos así al pueblo castellano donde se encuentra el mayor yacimiento de mercurio del planeta. Al-Madén, en árabe, significa, la mina.
Por desgracia, su explotación terminó hace diez años por falta de rentabilidad. Pero allí abajo, a más de setecientos metros, sigue habiendo todo el mineral que queramos, e infinidad de historias fascinantes. Por ejemplo, Carlos V utilizó el mercurio de Almadén como aval para conseguir la corona del Sacro Imperio. Y esto sólo fue el principio. En pleno Siglo XVI se descubrió que el azogue – como se llamaba entonces al mercurio- era necesario para obtener el oro y la plata de la América colonial.
Galeotes de mina
En este reportaje descubrimos que los galeotes no sólo eran esos pobres hombres que remaban sin parar en las naves de la corona. Había también galeotes de mina. Y eran aún más desdichados. Fueron gente castigada a penar sus culpas en el interior de las minas de mercurio de Almadén. Trabajadores forzados, esclavos y vagabundos. El ambiente era tan insalubre debido a los vapores mercuriales, que lo más fácil era perder la vida.
En el interior de la mina, se puede visitar la "galería de los forzados". Comunicaba la cárcel con los pozos. Allí había gente que nunca vio la luz del sol.
Las minas más insalubres del mundo
Ese mismo aire contaminado que mataba a nuestros antepasados mineros, mataba también a los que sacaban mercurio de Almadén en tiempos mucho más recientes.
Esa enfermedad se llama hidrargirismo, pero antes de que la ciencia le pusiera nombre, la tradición popular le llamaba "modorra". Una expresión que se utiliza todavía en nuestros días para expresar un sopor profundo.
Más o menos los síntomas que tenían los enfermos de hidrargirismo, siempre muertos de frio y temblando.
La mejor receta para curarlo era salir del pozo y respirar aire limpio. Por eso, la mina puso a disposición de sus operarios una gran dehesa, llamada Castilseras, donde seguían trabajando, pero en labores agrícolas.
Mercurio, un vínculo entre dos mundos
Almadén llegó a ser un gran centro metalúrgico mundial. Cuanto más mercurio se mandaba a América, más oro y más plata llegaban a las arcas del imperio.
El mercurio fue un metal viajero que durante tres siglos atravesó el océano poniendo en contacto el viejo y el nuevo mundo. Esta enorme riqueza cultural no se ha perdido. Y aunque en menor medida, el intercambio todavía existe.
Un parque minero para el mercurio
Algunas de estas historias las cuentan los mineros jubilados que viven en Almadén. Algunos son guías del Parque Minero que se puede visitar. Bajar a la mina y conocer todo lo que allí pasó es una experiencia muy recomendable.