Envejecemos y seremos menos
Europa tiene la tasa de fertilidad más baja y la población más vieja del mundo
La cifra de habitantes europeos comenzará a disminuir en breve
Eso hace insostenible el sistema del bienestar y una Europa competitiva
Reiner Klingholz revela cómo se deberían replantear los servicios sociales
Redes
Eduardo Punset y su equipo han logrado demostrar que ciencia y entretenimiento se pueden unir para que en este tercer milenio la ciencia, por fin, irrumpa en la cultura popular.
El programa se emite en La 2, todos los domingos, a las 21:30 horas; y se repite los domingos, a las 3:15 horas, y los jueves, a las 13:00 horas.
y en el Canal 24 horas, según el siguiente horario:
- Los jueves, a las 15:00 horas
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Europa tiene la tasa de fertilidad más baja y la población más vieja del mundo.
¿Cómo puede un grupo cada vez menor de trabajadores en activo generar la riqueza necesaria para mantener a un grupo cada vez mayor de jubilados?
La cifra de habitantes europeos comenzará a disminuir en breve. Eso hace insostenible el sistema del bienestar y que Europa siga siendo competitiva.
¿Cómo puede un grupo cada vez menor de trabajadores en activo generar la riqueza necesaria para mantener a un grupo cada vez mayor de jubilados?
Reiner Klingholz, director del Instituto para la Población y el Desarrollo de Berlín, nos revela los retos demográficos del viejo continente para entender cómo se deberían replantear los servicios sociales.
Para vencer sus retos demográficos y ecológicos,
Europa necesita profundizar en la sostenibilidad demográfica.
Reiner KlingholzEl envejecimiento de la población
Eduard Punset:
Ahora sabemos, gracias a tu investigación, que los países que aprendan a vivir con el descenso demográfico (o, por lo menos, con el envejecimiento de la población, cuando no haya descenso) serán los que marquen las tendencias del futuro. ¿Qué te lleva a pensar así?La población mundial se ha cuadriplicado: ha pasado de 1400 millones a más de 7000 millones en cosa de un siglo
Reiner Klingholz:
Durante el último siglo hemos experimentado un enorme crecimiento demográfico. La población mundial se ha cuadriplicado: ha pasado de 1400 millones a más de 7000 millones en cosa de un siglo. ¡Siempre supimos que esta tendencia acabaría interrumpiéndose en algún momento en alguna región del mundo!
Además, como vivimos en un planeta limitado, no podemos reproducirnos indefinidamente, contamos con recursos finitos. Así que siempre estuvo claro que el crecimiento se detendría en algún momento…
Eduard Punset:
Para algunos, en algunos países.
Reiner Klingholz:
Sí. Y siempre supimos que sucedería en Europa, porque Europa fue el continente en el que empezó la denominada explosión demográfica en el siglo XVIII, como consecuencia de los avances médicos e higiénicos.
Así que fuimos los que marcamos la tendencia en los siglos XVIII y XIX al inventar la explosión demográfica, y también hemos sido los primeros en presenciar ahora una tasa de natalidad muy baja (en países como España o Alemania, la tasa de natalidad es de 1,4 hijos por pareja), lo que significa que cada generación es un tercio más pequeña que la generación de sus padres, porque hay dos progenitores pero solamente 1,4 hijos…
Así que falta un tercio, y esa población disminuirá a largo plazo, porque habrá cien mujeres, sesenta y seis hijas, cuarenta y cuatro nietas y solamente treinta bisnietas: en tres generaciones, en ni siquiera cien años, nuestra población podría pasar de cien a treinta. Al mismo tiempo, nuestra salud mejora cada día, ¡y también vivimos más! La esperanza de vida ha aumentado mucho: se incrementa en 2 ó 3 años cada década.
Eduard Punset:
Nuestra esperanza de vida…
Reiner Klingholz:
¡…no para de crecer! ¡Sigue creciendo! Y puede aumentar unos veinte o treinta años más, de modo que la población media en países como España podría vivir por lo menos 80 años, y probablemente 90 ó 95.
Todo ello provoca el envejecimiento de la población, porque hay menos jóvenes para tomar el relevo, y los ancianos viven cada vez más.
Eduard Punset:
Y trabajan.
Reiner Klingholz:
Por supuesto, como envejecen con bastante salud, y están mucho más sanos que en el pasado, pueden trabajar durante más tiempo, porque en algunos países el tiempo en el que la gente recibe la pensión de jubilación dura más que la vida laboral. ¡Esto es completamente nuevo en la historia de la humanidad!
En el pasado, las personas normalmente trabajaban hasta que tenían 65 años o, en el caso de los campesinos, incluso más… ¡prácticamente trabajaban hasta que morían! Hoy en día, cuando la gente se jubila, tiene por delante todavía 20, 30, incluso 40 años.
Por supuesto, lo primero que hay que hacer es llenar ese tiempo con cosas interesantes para hacer, ¡pero también hay que ocupar el tiempo generando algún ingreso!
Eduard Punset:
Pero, Reiner, una cosa: hay algo que me venía a la mente mientras hablabas. Ante una población que disminuye y envejece, la única manera de compensarlo es poner a trabajar a las personas mayores, lograr que trabajen más años. ¿Es correcto?
Es decir, en lugar de protestar y querer que la edad de jubilación se sitúe en 60 años, deberíamos estar contentos y darnos cuenta de que sería una solución eficaz si dijéramos que, a partir de ahora, la edad de jubilación será los 70. ¿Es así?La formación es la clave
Reiner Klingholz:
Sería parte de la solución, creo. Está claro que una población envejecida necesita dinero, porque los mayores necesitan pensiones, necesitan un buen sistema de atención sanitaria y de cuidados. ¡Y solamente pueden pagarlo los que trabajan!sin una formación apropiada, la probabilidad de perder el empleo a los 50 ó 55 años es bastante elevada
Si la proporción de personas que trabajan disminuye, o bien logramos que sean más productivos, más innovadores (y para eso necesitan más formación), o bien los que trabajan lo hacen durante más tiempo.
Sin embargo, de nuevo, solamente podemos lograrlo con una educación adecuada, porque, sin una formación apropiada, la probabilidad de perder el empleo a los 50 ó 55 años es bastante elevada. No es posible conservar el trabajo hasta los 70 ó 75 años sin la formación adecuada.
Eduard Punset:
Estás tocando un asunto crucial: la educación. Vaya, según lo que dices, mis teleespectadores podrían sacar la conclusión de que, con la formación adecuada, si uno invierte en nuevos temas, nuevas competencias, nuevas habilidades, probablemente resulte que los mayores que trabajen sean tan productivos que los jóvenes no tengan que tener miedo de no encontrar un trabajo porque los mayores trabajan. ¿Verdad?
Reiner Klingholz:
Sí. Hoy en día, en muchos países, como Alemania (e incluso en Francia), muchos creen que hay que hacer que los mayores dejen de trabajar para evitar el desempleo entre los jóvenes; es decir, que los mayores les quitan lugares de trabajo.
Sin embargo, si analizamos las tasas de ocupación de personas mayores en varios países europeos, el índice más alto de ocupación entre personas mayores lo hallamos en países como Suecia, Dinamarca, Suiza y Gran Bretaña.
Y, si miramos la tasa de desempleo global, ¡estos países también tienen, de lejos, las tasas más bajas de desempleo! ¡Y también tienen las tasas de desempleo más bajas entre los jóvenes! Esto solamente puede significar que las personas mayores (de 60 ó 65 años) sin duda ocupan un puesto de trabajo, pero a la vez son tan creativos, tan productivos, que crean más ocupación al mantenerse en activo, al ser innovadores.
Eduard Punset:
Es importantísimo lo que estamos sugiriendo… o sea, lo que estamos diciendo es que los mayores, la gente de más edad, si llevamos a cabo las reformas educativas necesarias para transferirles las competencias nuevas que necesitan para conseguir trabajo, si hacemos esto… resulta que, bueno, un puesto de trabajo adicional otorgado o encontrado por los mayores en modo alguno va a socavar, va a reducir, los puestos de trabajo de los jóvenes.
Pensemos ahora un poco en las mujeres, en la diferencia de sexos, en los hombres y las mujeres. Se dice… bueno, no hablemos de suposiciones, hablemos de la situación real. La situación real es que… yo vengo de un país como España, en el que sucede algo muy extraño con las mujeres y el empleo: la tasa de fecundidad es baja, muy baja, una de las más bajas de Europa: cada mujer tiene un hijo coma algo y, sin embargo, se trata de uno de los países con la tasa de desempleo femenino más alta. ¿Cómo se explica algo así?Reiner Klingholz:
Es bastante poco corriente, porque tenemos otros países europeos como los escandinavos (Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca) e incluso Francia y Países Bajos, en los que hay una tasa de ocupación femenina muy alta junto con una tasa de fecundidad también alta.
Eduard Punset:
¡Increíble!
Reiner Klingholz:
¡Eso contradice un poco la imagen que ofrecías de España! ¿Y cuál es el motivo? pensemos que hace doscientos años las parejas tenían 6, 7, 8, 9 hijos.
Hay muchas razones por las que la gente tiene menos hijos hoy en día. Todo tiene que ver con la evolución de la sociedad, y el principal motivo de la revolución social ha sido el cambio en el papel que desempeña la mujer en la sociedad.
Todos los países de Europa se han modernizado para que las mujeres tuvieran una mejor educación y un mejor acceso al mercado laboral, pero solamente aquellos países que han sido suficientemente listos como para proporcionar oportunidades de conciliación de la vida familiar y la vida laboral tienen tasas de fecundidad elevadas.
En cambio, los países en los que la sociedad se ha modernizado pero la vida familiar ha seguido rigiéndose por un estilo patriarcal son los países con tasas de fecundidad bajas.
Y es interesante constatar que son principalmente los países europeos católicos (como Italia, España, Portugal) los que tienen tasas de fecundidad bajas, porque la Iglesia Católica sigue queriendo preservar un modelo antiguo de vida familiar en el que las mujeres se quedan en casa y los hombres salen a ganar el pan, ¡pero esto choca completamente con la realidad social! Y en los países en los que la realidad social contradice…
Eduard Punset:
La ideología…
Reiner Klingholz:
El planteamiento ideológico patriarcal de la familia, las personas deciden no tener hijos o tener solamente un hijo.
Eduard Punset:
Cuando estábamos en el hotel, un chico español que trabaja en la cocina se ha acercado a nosotros, porque quería saludar a las personas que hacen el programa de Redes que conoce tan bien… y me ha dicho que está muy feliz aquí, y que hay muchas personas procedentes de España que buscan ahora un trabajo en Alemania.
Y a mí esto me ha recordado al principio de la década de 1960, cuando centenares de miles de españoles se fueron al extranjero a buscar un trabajo. Y luego me ha dicho este joven: «¿Sabes? Estamos consiguiendo tanta ayuda para la población inmigrante y para los jóvenes que somos muy felices». ¿Cuál sería tu consejo para los distintos países europeos?
Reiner Klingholz:
Creo que los canales migratorios europeos han cambiado completamente. Has mencionado la ola migratoria de los 60, cuando los trabajadores extranjeros llegaron a países como Alemania, que tenían una economía floreciente, procedentes de lugares como Grecia, Portugal, Turquía, España… normalmente se trataba de personas muy poco cualificadas.
En ese momento los necesitábamos en las fábricas de producción, claro. Pero los que hoy recibimos de España son personas altamente cualificadas, y es una especie de migración circular, ¡porque también tenemos alemanes trabajando en España! Y alemanes trabajando en Suiza, y británicos trabajando en Polonia, .... Europa se ha convertido en un continente donde las personas están muy, muy acostumbradas a viajar para cambiar de trabajo. No tenemos tantos obreros inmigrantes en Alemania, lo que sí que tenemos ahora y tendremos más en el futuro son obreros inmigrantes procedentes de países no europeos. Eduard Punset:
Y Europa creará tendencias para esta generación joven, en lo que concierne a la educación.
Reiner Klingholz:
Sin duda, sí. Globalmente, en Europa tenemos una tasa de fecundidad de solamente 1,5, lo cual es mucho menos de lo que necesitaríamos para mantener un número constante de personas viviendo en Europa, así que sin duda recibiremos inmigrantes de países no comunitarios.
Sin embargo, necesitamos especialmente inmigrantes cualificados, porque nuestra industria necesita a más trabajadores cualificados: ingenieros, médicos... El problema es que presenciaremos una competencia atroz por las personas cualificadas en el futuro, porque habrá muchos otros países con disminución demográfica, no solamente Alemania, no solamente España, no solamente Italia… de aquí a unos años, incluso países como China empezarán a disminuir demográficamente y necesitarán…
Eduard Punset:
¿Dices que disminuirán? Porque la gente cree que…
Reiner Klingholz:
China sigue creciendo, pero dentro de diez años, el crecimiento demográfico de China se detendrá.
Después de eso, la población de China disminuirá, y lo hará a un ritmo mucho más elevado que el que conocemos aquí en Europa porque, en países como Alemania, pasamos de 2,5 hijos a 1,4, pero China viene de 6 hijos en el primer período de Mao a los 1,6 hijos de hoy, de modo que la brecha entre la generación de mayores y la generación de jóvenes, mucho más pequeña, resulta mucho más acusada en estos países.
Por eso son tan productivos ahora, porque la mayoría (casi el 70 u 80%) de la población está en edad activa y trabaja. Sin embargo, en cuanto todas estas personas (las masas que ahora están en edad productiva) alcancen la edad de jubilación, digamos que de aquí a 15 años, ¡se producirá una especie de avalancha de pensionistas!
Eduard Punset:
No obstante, tanto en unos lugares como en otros la única posibilidad de compensar estos cambios demográficos será, como dices, la educación. Una mejor educación, más dinero, más recursos destinados a la educación.
Reiner Klingholz:
Sí. Es una fórmula muy simple: tendremos menos cerebros jóvenes en el futuro, así que, para seguir siendo competitivos y productivos, ¡tendremos que extraer más competencias de este número más reducido de cerebros jóvenes! Así que tenemos que formarlos mejor, darles mejores oportunidades, y especialmente tenemos que brindarles oportunidades a los grupos menos privilegiados socialmente en muchos países, y me refiero especialmente a la población de inmigrantes que, por ahora, no consigue muy buenos resultados académicos, y no porque sean estúpidos, ¡sino porque no tienen igualdad de oportunidades!