El corrido mexicano: 'Música y cuernos de chivo'
- El documental bucea en las raíces populares de los narcocorridos mexicanos
- Los Tigres del Norte, 'reyes del género', son el hilo conductor de la película
- Ya puedes ver el documental emitido en La 2 del ciclo Todo el mundo es música
“Nos gustan (los corridos) porque tienen el valor de decir la verdad”, afirma convencida una de las chicas que asiste a un multitudinario concierto de Los Tigres del Norte. El grupo, todo un fenómeno de masas en México, es el hilo conductor de Música y cuernos de chivo.
Los Tigres del Norte, capitaneados por su carismático líder Jorge Hernández, están considerados como los “reyes” del narcocorrido. Un subgénero musical que nació en las cantinas de México y que a menudo narra basándose en historias reales, las “presuntas hazañas” de los narcos, y cada vez más de las narcas, mujeres traficantes que también exigen sus propios “himnos musicales”.
“Muchos narcos quieren su corrido“
Los corridos son poemas cantados sobre sucesos trágicos plagados de violencia, traición y venganza. Historias a menudo delirantes del “mundo de la droga” que miles de seguidores tararean sin descanso, y que forman parte de la realidad cotidiana de muchos pueblos.
"Una camioneta gris con placas de California / la traían bien arreglada Pedro Márquez y su novia / muchos dólares llevaban / para cambiarlos por droga".
Así comienza La camioneta, uno de los temas más conocidos de los norteños, que llegaron a vender con su primer disco Contrabando y traición (1972), más de 12 millones de copias.
Son ritmos salpicados con el lenguaje del narcotráfico. Los “cuernos de chivo” que dan título al documental se traducen en la jerga de la droga en las ametralladoras que usan los traficantes para enfrentarse a los federales.
Balas que silban canciones de traición
La película de Patricia Ferreira se sumerge de lleno en las raíces de este fenómeno.
Da voz a artistas consagrados que recuerdan el difícil ascenso desde los “tugurios más pobres y apartados”, como recuerda un personaje histórico del género, Tomás Ortiz, el primer músico que interpretó un narcocorrido. El documental recorre los orígenes de esta música popular, sin obviar el submundo de violencia que rodea a los “corridistas”.
“La mayoría de los capos son gente de campo que cuando tiene mucho dinero mete alumbrado en sus pueblos, y reparten el dinero entre sus familiares. Ellos quieren ver su vida su plasmada en un corrido. Es lo que nos piden”, asegura ante la cámara Mario Quintero, líder del grupo Los Tucanes de Tijuana.
“El corrido es crudo. Es como es. No hay nada que arreglar”, añade tajante, el líder de los Tigres del Norte, que recuerda de forma velada la leyenda que rodea al considerado Jefe de los jefes. El narco Amado Carrillo Fuentes, alias El señor de los cielos, famoso por poseer una extensa flota de aviones que usaba para pasar droga sin ser localizado.
El argumento del documental va más allá del fenómeno musical, consulta a investigadores y expertos sobre la extrema violencia que recorre la sociedad mexicana, y bucea en otro de los temas candentes de la temática corridista: la inmigración ilegal encarnada en la tragedia de los espaldas mojadas, y de sus enfrentamientos con la temible migra (policía de inmigración estadounidense).
“500.000 mexicanos cruzan cada año”, asegura el investigador José Manuel Valenzuela. Mientras la cámara recorre los muros de mallas metálicas adornados con ataúdes, que separan la frontera mexicana de EEUU. “Desde 1994 ha habido más de 4000 muertos- añade Valenzuela- en la historia del Muro de Berlín sólo hubo 700”.