Argentina: 'Chamamé crudo'
- El chamamé es un ritmo festivo originario del norte de Argentina
- El acordeonista y compositor Chango Spasiuk nos guía por esta música guaraní
- Ya puedes ver aquí abajo el vídeo de este capítulo de Todo el mundo es música
Para el músico argentino Chango Spasiuk “chamamé crudo” significa “chamamé lo más honesto posible”. Esta franqueza que enarbola un ritmo mestizo, que paradójicamente defiende su pureza en algunos círculos, es la que decidió abrazar el propio Spasiuk.
Considerado una estrella internacional del género, le costó todo un largo año decidirse a saltar desde aquello que es “conocido a lo desconocido, pero que parece intolerable”, e introducirse en los espacios del chamamé del “gran Buenos Aires”.
“Es una danza de pasos libres, que se toca como se siente“
El compositor, nieto de inmigrantes ucranianos y que confiesa haber crecido “con el ritmo de la polka”, daría definitivamente el gran impulso en su debut en el Festival de Jazz de Montreal.
Desde entonces, el acordeonista- que ha compuesto la banda sonora de cabecera de Todo el mundo es música- es el mejor embajador de este exquisito ritmo que llena teatros, y que tiene por delante el reto de aunar tradición y vanguardia, sin perder sus raíces.
Con la fiesta empezó todo
Los orígenes de esta música, propia del norte del país cerca de la zona de Brasil y Paraguay, se remonta a los indios guaraníes- chamamé significa ‘cantos y danzas’ en guaraní- que incorporaron instrumentos de los inmigrantes centroeuropeos.
El chamamé es una música festiva interpretada por los “chamameceros”, que no son otros que los antiguos hombres del campo, que ponían ritmo a sus celebraciones en sus ratos de ocio.
En sus comienzos fue exclusivamente compuesta para ser bailada en “una danza de pasos libres, que también se toca como se siente”. Luego vinieron las letras, que como verdaderas poesías cantadas hablan sobre todo de los sentimientos que despierta la tierra (característica tierra colorada de la zona de Corrientes) y de su significado para el campesino.
“Componer es amasar el sonido con el instinto“
El legendario “chamamecero”, Salvador Miqueri defiende en el documental de Patricia Ferreira la necesidad de proteger esta música, abanderada de las costumbres e idiosincrasia de las provincias norteñas.
Las alegres tonadas del acordeón, acompañado de contrabajo y guitarras, son la piedra angular de este ritmo alegre y danzarín ante el cual “hierve la sangre”.
Los bailarines muestran con la calidad de sus pasos el “hondo respeto asociado a la danza”. En la actualidad el chamamé no ha perdido un ápice de vigencia y se baila de forma masiva en toda Argentina.
Para el acordeonista, Chango Spasiuk: “Componer es un misterio. Se trata de amasar el sonido con el instinto. Yo voy siempre en busca de ese sonido”. La mezcla de instinto y sonido quizás sea el secreto del éxito de este “chamamé crudo”, que no para de crecer.