Crónicas. "El futuro a examen"
- La crisis y la falta de perspectiva laboral animan a miles de españoles a opositar
- Crónicas ha convivido con algunos de ellos, cada vez más para menos plazas
- El programa traspasa los muros de un Colegio Mayor exclusivo para opositores
FICHA TÉCNICA
Guión: Teresa Gray Carlos
Realizador: Carlos Gómez López
Imagen: Ismael García
Sonido: Aurora Alvarez
Producción: Lourdes Calvo, Ana Pastor
En unos tiempos en los que prima la reducción del empleo público cada vez hay más personas que opositan. Lo hacen por puro instinto de supervivencia. Quieren dejar de ser uno de los cinco millones de parados. Viven en un mundo aparte, rodeados de apuntes y temarios y sujetos a un estricto horario.
Resultó embarazoso robarles tiempo a los protagonistas de "El futuro a examen". Después tendrían que recuperar las horas que nos dedicaron.
Están en una etapa en la que mantener una rutina es fundamental. Los cien residentes del César Carlos, el único colegio mayor de opositores, sí que están habituados a hincar los codos. Todos aspiran al nivel A, el máximo de la Administración. Y para ello deben de trabajar muy duro, renunciando a vacaciones y a fines de semana. Solo "libran" los sábados.
El cante de Yeray
Especialmente dura es la oposición de Notarías. Se tarda entre ocho y diez años en sacarla. Entre las muchas materias que tienen que saber al dedillo destaca el código civil. Cada semana se someten a una especie de prueba: el cante de un tema ante un notario en activo.
Con Patricia en el examen
Los protagonistas del reportaje tienen entre 23 y 49 años. La mayor es Patricia, una mujer con un dilatado currículo que lleva varios meses en el paro. Ahora se presenta para conseguir una plaza de profesora de francés de secundaria en Cataluña. Le dimos 'la brasa'. Con ella estuvimos la fecha antes de la prueba, el día del examen y la jornada posterior.
La perseverancia de Fermín
Fermín se ha presentado tres veces a las oposiciones del Ayuntamiento de Madrid. Una de ellas aprobó pero no le sirvió de nada porque no había plazas. Aunque él ya trabaja de bombero en los túneles de Madrid, lo va a intentar una vez más porque su sueño es ingresar en uno de los cuerpos más valorados y por tanto solicitados del país.
Inspectora de Trabajo a los 25 años
Ana está a la espera de destino. Es una "flamante" inspectora de trabajo. Se presentó a la oposición pensando que no la iba a sacar. Durante casi dos años vivió enclaustrada, sólo veía a su novio los domingos, el resto a estudiar, incluso en navidades y en el verano.