Los momentazos de 'Verano Azul'
"Solo hay dos clases de gente: los que son de aquí y los forasteros", lo decía un viejo marinero de nombre Chanquete ("Chanquete, me llamo Chanquete", repetía cual James Bond castizo) en el primer capítulo de aquella serie sobre el verano de un grupo de extraños amigos en Nerja que se emitió en otoño e invierno.
También se podría decir que hay dos clases de españoles: los que han visto Verano Azul y los que no. Aunque no todos los que hablan de ella la han visto. Y no todos los que la han visto la recuerdan bien. Fue hace tanto tiempo... Para mucha gente, la serie de Antonio Mercero es un puñado de recuerdos concretos.
¿Cuál crees que es el mejor momento de una serie que, con solo 19 capítulos, se convirtió en historia de la televisión española?
El encuentro con Julia
El comienzo del primer capítulo empieza con el encuentro de Julia, la pintora, con algunos de los miembros de la pandilla, haciendo footing en la playa.
No matéis mi planeta
Escena musical lacrimógena con una música de aroma setentero: ecologismo, un tono naíf, aires de cantautor y acordes de guitarra...
Bea se hace mayor
Con la sutilidad que caracteriza los guiones de Verano azul, una serie -no lo olvidemos- de 1981, la aparición de un chico ajeno a la pandilla hace que Bea, por cuyo interés luchan Pancho y Javi, descubra que ya no es una niña. Finalmente, le viene la regla, uno de los momentos míticos de la serie.
Del barco de Chanquete no nos moverán
La Dorada, el barco de Chaquete, era el último obstáculo para que una empresa inmobiliaria pudiese construir un complejo de apartamentos, de esos que hoy llenan las costas españolas. La resistencia de la pandilla de Nerja impedirá que el hogar del viejo marinero sea desmantelado.
El 'spoiler' más mítico de la televisión
Una voz se oye en la lejanía. Es Pancho llorando: "¡Chanquete ha muerto! ¡Ha muerto Chanquete!". No fue en el último capítulo, eso sí, sino en el número 18.
Algo se muere en el alma...
Canción de hondo sabor andaluz y guitarra española para despedir a Chanquete. Palazos de tierra y el acordeón sobre el ataúd. Uno de los momentos más emotivos de la serie.
El final del verano
Julia abandona el pueblo después de un verano inolvidable. Han sido 30 años y esa canción del Dúo Dinámico se ha repetido muchas veces en Televisión Española poniéndole banda sonora a la educación afectivo-televisiva de varias generaciones.
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