Cuéntame cómo se hizo... el capítulo 223: "Estandartes y banderas"
- La directora Azucena Rodríguez comenta el capítulo 223
- Vuelve a ver el capítulo "Estandartes y banderas"
Se acerca el 22 de diciembre de 1979 y en San Genaro todos sueñan con que este año les toque el Gordo de la Lotería de Navidad. Todos menos Antonio, que solo piensa en cómo hacer crecer su nueva empresa, a la que ha llamado Estandartes y Banderas.
Después de haber trabajado en una imprenta, en un partido político, en el Ministerio de Agricultura y en un concesionario, ¿por qué Antonio intenta renacer de sus cenizas fabricando banderas? Porque los creadores de Cuéntame cómo pasó han querido retratar un momento histórico de gran relevancia que estaba teniendo lugar a finales de la década de los setenta: el nacimiento de las autonomías.
"Ha sido una gran idea por parte de los guionistas contar esa eclosión a través del negocio de banderas, porque esta trama sirve de trasfondo histórico y, a la vez, va a dar lugar a momentos muy divertidos, porque no saben fabricar banderas", explica la directora del capítulo 223, Azucena Rodríguez.
Una bandera que no ondea
Los momentos divertidos a los que se refiere la directora del capítulo comienzan cuando Miguel lleva en su taxi a dos miembros de la Junta de Andalucía que están de visita en Madrid con la intención de comprar miles de banderas andaluzas.
Miguel les habla de la cooperativa de fabricación de banderas que acaba de nacer en San Genaro, aunque maquilla algún que otro dato y habla de Estandartes y Banderas como una empresa de referencia en el sector textil. Pero, en realidad, la empresa acaba de nacer, no tiene oficinas y ni siquiera han fabricado una sola bandera. Así que cuando les surge esta oportunidad de hacer negocio, todos ponen su empeño en fabricar la mejor bandera jamás vista para vendérsela a los representantes de la Junta de Andalucía.
"Pero la primera bandera que hacen no se mueve, está totalmente rígida. Y los clientes le dicen que esa bandera debería ondear, a lo que Miguel responde que, si no hay viento, es mejor que la bandera sea rígida", comenta la directora del capítulo.
Pero el argumento de Miguel no convence a sus posibles clientes. Cuando ven que su negocio se ha ido al traste, "Antonio y Miguel se sinceran y les cuentan la verdad. Es un momento muy emotivo (en el que Antonio reconoce que la suya no es ninguna gran empresa, solo un pequeño proyecto con el que intentaba ayudar a salir de la crisis a sus vecinos del barrio), el speech de Antonio Alcántara me recuerda a la escena de El viaje a ninguna parte en la que José Sacristán habla de los difícil que es la vida de los cómicos".
Inés, el mayor apoyo de Javi
Uno de los personajes que más ha cambiado en los últimos meses ha sido Inés. Lejos de aquella chica de aspecto enfermizo enganchada a la heroína, ahora la joven "está reinventándose". Más centrada en su familia y con una vida de lo más tranquila, Inés trabaja dando clases de cerámica a adolescentes conflictivos. Pero más allá del barro y los tornos, la intención de Inés es ayudar a esos jóvenes a salir de un mundo marginal que ella, por desgracia, conoce demasiado bien.
"Una de mis escenas favoritas es cuando Inés sospecha que uno de sus alumnos está enganchado a las drogas y va al barrio en el que él vive. Allí se encuentra con su madre, que es una mujer muy problemática que tiene muy poco que ver con Mercedes, quien fue vital para la rehabilitación de Inés", dice Azucena Rodríguez. Ante la ausencia del apoyo materno, Inés hará todo lo posible para evitar que Javi acabe sumergido en el mundo de las drogas.
Carlos, cada vez más enamorado de Arancha
Por su parte, Carlos también tiene una persona en su vida por la que preocuparse: Arancha. Aunque en su caso es una preocupación de distinta índole, ya que por lo que está luchando Carlos es por conseguir que Arancha le quiera a él. Y solo a él.
"Carlos está confundido sentimentalmente. Arancha tiene una visión muy liberal del amor y Carlos se ve abocado a compartir a su chica con Felipe. Ninguno de los dos chicos están de acuerdo, pero como Arancha lo ve como algo natural, al principio lo aceptan", explica la directora.
Así que Carlos insiste en su empeño y, cada vez que queda con Arancha para estudiar, no duda en recordarle lo mucho que la quiere y en ofrecerle su actitud más romántica y apasionada, para pesar de Herminia, que sospecha que la pareja hace "cosas indecentes" cuando está encerrados en la habitación.