Manuel Cruz: El filósofo mediático

Pienso, luego existo - Manuel Cruz

El catedrático de Filosofía Contemporánea de la Universitat de Barcelona, Manuel Cruz, protagoniza este próximo domingo el nuevo capítulo de “Pienso, Luego Existo”, el programa de La 2 que retrata a los principales pensadores actuales de nuestro país. Habitual colaborador de los medios de comunicación, él mismo relata en el programa cómo esa colaboración es un punto de inflexión en su vida porque le abre un nuevo horizonte que le lleva a intervenir más directamente en algo que está pasando, lo que resulta “gratificante”.

“Hay que buscar a los lectores donde quiera que estén, Lo que no podemos hacer es estar a verlas venir”, sostiene Cruz, que aunque señala que se le ha querido descalificar precisamente con esa aseveración de “filósofo mediático” a él le parece una “tontería”, precisamente porque hay que “ir a los lectores” y porque, por ejemplo, su colaboración en el programa de Gemma Nierga de la radio para él ha sido “un desafío, una oportunidad para aprender”.

LUCIDEZ DE PENSAMIENTO

Precisamente Gemma Niega, directora de “La Ventana”, destaca de él que con un discurso “aparentemente sencillo”, Manuel Cruz transmite “ideas tan brillantes que te hacen sentir que tú eres la importante, la brillante y la filósofa”. “Te inyecta esa lucidez de pensamiento”, destaca la periodista, que hace hincapié además en el hecho de que Manuel Cruz “apenas da respuestas”, sino que lo que hace es preguntas porque quiere que nos preguntemos el “porque”.

También habla de él en el programa el que fue su profesor y ahora es amigo, Emilio Lledó, que habla de él como un “motivo de enriquecimiento personal” y que destaca que le deslumbró desde el principio, con su primer trabajo, “una tesina magnífica y que era de hecho una tesis doctoral”. Por su parte, Javier Gomá, director de la Fundación Juan March, que resalta que Manuel Cruz es un filósofo “que ha influido a través de una red capital que incluye desde los libros hasta la presencia en la radio, y que ha permitido que la filosofía sea hoy un universal antropológico”.

Durante su intervención, Manuel Cruz explica cómo concibe la filosofía. Habla, por ejemplo, de que las herramientas del filósofo son las mismas que las que tiene todo el mundo, que “no ve más que los demás” por el hecho de ser filósofo. Lo único que sucede es que “el filósofo repara en cosas ante las cuales probablemente los demás pasan de largo. ¿En qué tipo de cosas? Yo creo que repara en cosas relacionadas con las ideas que empapan la realidad”.

SER RESPONSABLES

Explica, también, de donde le viene el interés por la historia: “la preocupación por el pasado tiene que ver con el hecho de que podamos o no extraer enseñanzas o lecciones para el presente”. Pero defiende también que debería ser hora de hacer propuestas y no solo seguir en la crítica radical que ha hecho la posmodernidad a la herencia recibida.

“Es fácil que nos pudiéramos poner de acuerdo acerca de aquello que no nos parece bien. No nos parece bien la injusticia, la crueldad, la humillación, etcétera. Bueno, pues nos toca empezar a intentar elaborar una propuesta a la altura del tiempo y a la altura de nuestro propio poder. Nos toca elaborar una propuesta y no seguir en esta especie de indefinición posmoderna permanente”, destaca.

Habla también de la responsabilidad: “ser responsable es básicamente hacerse cargo de las consecuencias de nuestras propias acciones. Eso es lo fundamental. Entonces, las consecuencias de nuestras propias acciones cada vez son mayores porque cada vez tenemos más poder”. Y del amor, “una forma de conocimiento, de conocimiento del otro y de conocimiento propio”.

De hecho, le gustaría ser recordado “por todas las personas a las que haya podido amar. Y, por supuesto, me gustaría ser bien recordado por ellas”. “Pero me gustaría ser recordado también por las personas a las que he amado en sentido amplio. Es decir, a las que me he dirigido, a las que he buscado como interlocutores”, concluye.