La escuela de bambú
El hermano Víctor Gil lleva 47 años como misionero en este rincón del mundo apoyando siempre a los que menos tienen. Su preocupación por los más pobres le empujó a poner en marcha varias iniciativas dedicadas a la educación de los niños que lo tenían más difícil. Hace cuatro años, en la misma frontera con Myanmar, se hizo cargo de la Escuela de Bambú para inmigrantes birmanos sin papeles. Miss Wi es la fundadora de la escuela de bambú. Trabajaba con enfermos de sida y visitó esta zona cauchera. Se dio cuenta de que había muchos niños birmanos que no iban a la escuela y comenzó a enseñarles tailandés. En un par de meses, la plantación de árboles de caucho se convirtió en una pequeña escuela con 60 alumnos y cinco profesoras voluntarias. Poco después construyeron las primeras aulas de bambú con ayuda de un benefactor. En agosto de 2008 el hermano Víctor se entera de la precaria situación de la escuela de bambú. Inmediatamente su congregación decide apoyar el proyecto educativo.
La Salle
Entre septiembre y diciembre de 2008 los hermanos de La Salle pagaron los sueldos de las profesoras y el transporte de los niños.
Al año siguiente, los 60 birmanos que venían a esta plantación de árboles de caucho, ya eran 250 y aprendían en las aulas ampliadas de la escuela de bambú. Poco después los religiosos asumen toda la responsabilidad de la escuela de bambú ubicada junto a este bosque de caucho, a menos de 500 metros de la frontera. Los frailes establecen una comunidad de tres hermanos y deciden construir una nueva escuela para evitar problemas con el gobierno y los militares debido a que las aulas de bambú están en una zona especialmente sensible para la seguridad del país.
Proyde
El milagro de la escuela de bambú no hubiera sido posible sin el apoyo de la ong española PROYDE. Esta organización, vinculada a los hermanos de La Salle, está financiando los sueldos de los profesores desde hace tres años. Hasta el momento han sido 40.000 euros para que estos pequeños tengan la educación que merecen. A este dinero hay que sumar dos partidas de 3.000 euros para que los alumnos dispongan de material escolar. Además, durante el mes de julio de 2010 y de 2011, dos grupos de voluntarias han trabajado en la construcción de la nueva escuela de bambú dejando también una pequeña cantidad de dinero.