Vuelve un bandolero de leyenda
Si les anuncio que voy a hablar del Estudiante, el Algarrobo, el Fraile o el Gitano puede que haya muchos que no tengan ni idea de lo que les estoy contando. Pero los hay que peinan canas que enseguida habrán sentido la aguja de la nostalgia, nostalgia de otros tiempos en los que la familia se sentaba frente a la pequeña pantalla para cabalgar por la serranía de Ronda tras una banda de cuatreros buenos, pícaros y audaces que congregaba a todos sin discusión de mandos.
Llegaba la noche del domingo y el país se paralizaba para ver al bandolero televisivo más famoso de todos los tiempos. Un bandolero cabal y valiente que durante tres largas temporadas consiguió convertirse en leyenda.
¿Quién no ha oído hablar de él?
Sean sinceros y reconózcanlo... puede ser que los nombres de los fieles camaradas del bandolero se les escapen. Puede que no supieran que el Estudiante es el joven siempre dispuesto a cortejar a cualquier dama que en la cabecera de los capítulos sonreía con un enorme libro, de materia ignota, entre las manos o que el Algarrobo era un hombrón algo brutote que ocupaba la mayor parte de su pensamiento en buscar cómo llenar la andorga. Quizá incluso ignoren que el Fraile aparecía sólo en la primera temporada -porque las series son como la vida... a alguien le toca morir de vez en cuando y al Fraile le llegó su hora en el décimo capítulo- Y seguro que tampoco saben que, tras aquel triste episodio, su puesto en la banda lo ocupó el Gitano, ese que en los primeros minutos, semanal y puntualmente, se caía del caballo mientras sonaba la sintonía de Waldo de los Ríos.
Lo dicho, puede que no recuerden a los miembros de la cuadrilla pero es imposible que no conozcan al jefe. Al jefe de aquella banda televisiva no hay nadie en este país que no lo conozca. Todos hemos oído hablar alguna vez de Curro Jiménez.
El bandolero
Curro Jiménez el romántico bandolero, tan justo con los pobres como inflexible con los poderosos y orgulloso frente a los franceses, cabalgó libre a lomos de su caballo por las serranías de TVE desde diciembre de 1976 al mes de abril del 78. Un personaje de ficción creado por Antonio Larreta que debe su origen a un personaje real: Andrés López, más conocido como el barquero de Cantillana. Un buen hombre al que sus pleitos con la justicia le obligaron a abandonar su noble oficio de barquero y tirarse al monte. Así comienza la mítica serie con un Curro que, a la luz de una hoguera, narra a sus compañeros la triste historia de su juventud y las felonías que le empujaron a abandonar su casa, con varias muertes a sus espaldas y perseguido por la justicia, para convertirse en bandolero y en jefe de la banda que durante casi dos años iba a "atracar" el interés y los sueños dominicales de los espectadores de la época.
36 años después
Mucho han cambiado desde entonces las series de ficción y no sólo las series. El país es otro, atrás quedaron aquellos complicados años de la Transición y los problemas de los que ahora se ocupan los medios- aunque no menos complejos que los de entonces- son muy distintos. Y muy diferentes son los personajes que triunfan en la pequeña pantalla, las muchas y variadas pequeñas pantallas que ahora se disputan la audiencia. Unas peleas de share que aquel 22 de diciembre de 1976 -la primera vez que el bandolero generoso y galán se subía al caballo- nadie podía ni sospechar. Fueron 40 capítulos de asaltos, amoríos, escaramuzas, injusticias, risas y dramas más o menos trágicos envueltos en un saludable aire de libertad que llegaba desde el siglo XIX para desempolvar un país donde se empezaba a sentir que las cosas podían cambiar. Cuarenta episodios que consiguieron labrar una leyenda.
Y, como seguro no ignoran, las leyendas son eternas.
Una serie de siempre
Curro Jiménez vuelve, y lo hace sin renunciar a sus años pero rejuvenecido, remasterizado y adaptado a los nuevos tiempos. Porque la ficción tiene el poder de crear mitos y los mitos pueden volver cuando quieran para alegría de los nostálgicos y para dar a los nuevos espectadores la oportunidad de saber cómo eran las historias que atrapaban a sus padres o a sus abuelos. Sean cual sean sus razones, no se pierdan esta nueva ocasión que les ofrece La 2 de TVE de cabalgar por la serranía de Ronda. Los bandoleros no tienen edad y las grandes series de televisión tampoco.