'La huella del crimen' y los cuatro asesinatos de 'Jarabo' en La 2
- Sancho Gracia y María Jesús Hoyos protagonizan el capítulo
- José María “el Jarabo” asesinó a cuatro personas
- El martes a partir de las 00.00h, en La 2 de Televisión Española
Dirección: Juan Antonio Bardem
Guion: Alfredo Mañas
Intérpretes. Sancho Gracia, María José Alfonso, José Manuel Cervino, Miguel Palenzuela, Ricardo Palacios, María Jesús Hoyos
La huella del crimen, recupera el episodio de El caso de Jarabo’ dirigido en 1985 por Juan Antonio Bardem y escrito por Alfredo Mañas. En el capítulo podemos ver a actores de éxito como Sancho Gracia (Curro Jiménez), María José Alfonso, o Miguel Palenzuela entre otros.
Sinopsis de Jarabo
Cuádruple asesinato ocurrido el 21 de julio de 1958. El asesino pertenecía a una adinerada familia de gran influencia política y se hacía llamar José María Jarabo Pérez Morris. La Policía descubre tres cadáveres en un domicilio particular, el de Emilio, su esposa y la criada, el cuarto asesinato, el de Félix, se produce en una tienda de empeños. Emilio y Félix eran socios en un negocio de compra y venta. Jarabo llegó a casa del primero reclamándole un anillo y una carta de empeño. En su declaración Jarabo confiesa haber cometido los crímenes para salvar el buen nombre de Beryl, mujer de la que estaba enamorado. Fue condenado a garrote vil y ajusticiado.
Un hombre frío y calculador que al final cayó rendido
José María Morris más conocido como 'el Jarabo' era un hombre de bien, toda su vida se había tratado con las altas esferas y su familia era rica. Él era una persona golfa y holgazana. Se trasladó en 1940, con 17 años, con su familia a Puerto Rico. Tres años después se casaría con una rica heredera, pero su matrimonio duró poco tiempo.
En 1950, tras pasar una temporada en Nueva York y ser condenado por tráfico de drogas voló hasta Madrid el 20 de mayo. Su madre le dio diez millones de pesetas para que se afincara en la ciudad, pero José María en dos años escasos se había fulminado todo el dinero, en noches de fiestas, sexo y drogas.
A comienzos del verano de 1957, conoció a una mujer francesa, Beryl Martín Jones, que estaba pasando un mal momento sentimental. Al terminar la temporada estival, el dinero se esfumó y José María le pidió a su conquista veraniega empeñar un valioso anillo que la mujer poseía. Ella aceptó y llevaron la sortija a "Usureros de Juster", un conocido lugar de Madrid, regentado por Emilio Fernández Díaz y Félix López Robledo.
Por el empeño de un anillo
Ella volvió a Lyon y nunca más se volvieron a ver. El tiempo fue pasando y en 1958, Jarabo recibió la llamada de Beryl para pedirle que recuperase su anillo. Acudió a la tienda de empeños, y allí le pidieron un justificante que acreditase que conocía a la propietaria de la joya, más 10 mil pesetas. En ese momento no las tenía y vuelve semanas más tarde, pero la tienda le pidió entonces 20 mil pesetas. Ese precio ya no lo pudo pagar.
Para recuperarlo ideó un plan. Primero fue a la casa de Emilio, uno de los dependientes de la tienda, allí tuvieron una pequeña discusión y le echó de casa. Pero cuando se dio la vuelta, Jarabo volvió a entrar y mientras se duchaba, le disparó en la nuca. En la casa se encontraba la asistenta, que oyendo el disparo empezó a gritar, y José María la apuñaló. A las pocas horas llegó la mujer, también fue asesinada.
El asesino pasó la noche en la casa para no levantar sospechas. El lunes por la mañana, acudió a Juster, la tienda de empeños, donde estuvo esperando a Félix y nada más entrar en el local, Jarabo le puso la pistola en la nuca y le disparó dos tiros.
Con las prisas y el susto en el cuerpo, abandonó la tienda sin el anillo y la carta. Tras los hechos, José María acudió a una tintorería para dejar el traje.
Investigación y detención
El caso lo llevó Sebastián Fernández Rivas, inspector jefe de Madrid. Lo tuvo difícil para conseguir dar con el asesino, ya que aunque todo tenía relación con el negocio de Juster y tenían el fichero de todos los clientes, encontrar algún dato en poco tiempo era casi imposible.
Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia al instante. Los dueños de la tintorería comenzaron a sospechar de Jarabo e inmediatamente llamaron a la Policía.
El comisario estuvo esperando toda la mañana en el local. El asesino apareció a las 11 y sin poner resistencia fue detenido por la Policía. En ese momento declaró que sentía la muerte las dos mujeres pero no de la de los dueños de la tienda, ya que le habían chantajeado.
El juicio comenzó el 29 de enero 1959, el acusado llegó a la sala de forma desafiante, frío y sonriente.
La audiencia duró cinco días y fue condenado a garrote vil. La noche anterior a su ejecución, Jarabo la pasó fumando y bebiendo
El escritor Daniel Sueiro mantuvo una conversación con el detenido y publicó el libro Los verdugos españoles, donde narraba la historia de José María Morrís y sus cuatro crímenes.