Fogones que crean escuela
- “salir de pinchos” un acto ritual que ningún turista quiere perderse
- Un curso en la facultad de estudios gastronómicos cuesta 8.000€
- En España hay 140 restaurantes distinguidos con estrellas
En España, el turismo es una de las principales fuentes de ingresos y a los turistas lo que más les atrae, a parte del sol, son nuestros manteles. En ciudades como San Sebastián muchos llegan con ánimo de practicar el acto ritual de salir de “pinchos”. Pero más allá del placer de degustarlos, los pinchos donostiarras son también el motor económico de una ciudad en la que han nacido algunos de los mejores restaurantes del mundo.
Donostia: Una constelación propia repleta de estrellas
Sólo en la provincia de Guipúzcoa la cuenta de restaurantes distinguidos suman 16 estrellas “Michelin”. A los fogones del restaurante “Akelarre” llegan estudiantes de todo el mundo para conocer los secretos de una cocina de 3 estrellas. Son jóvenes aprendices de cocinero que pagan gustosamente para poder aprender de grandes chefs como Pedro Subijana. Pero no es el único, prácticamente todos los restaurantes españoles de primer nivel tienen en sus cocinas a alumnos extranjeros que vienen a formarse como pinches entre cazuelas y pucheros.
Los pucheros y las ollas han llegado a la Universidad
El boom de la cocina española ha llevado a convertir el arte de los fogones en carrera universitaria. Por los pasillos del Basque Culinary Center se cuela el sonido de los cuchillos afilándose en las aulas, porque lo primero que debe aprender un buen cocinero son cosas tan básicas como saber cortar un pedazo de carne o freír un huevo a temperatura óptima.
Se dice que la sencillez es la base de un buen plato pero esa sencillez no es precisamente sinónimo de algo barato. Matricularse en el Grado de Estudios Gastronómicos cuesta 8.000 euros por curso, un precio que no está al alcance de todos.
Lo que está fuera de toda duda es que ya sea por los estudiantes de cocina venidos de todo el mundo o por los millones de turistas que visitan nuestro país atraídos por su buena mesa, los fogones españoles son un valor que cotizan al alza.