Boda Real en Luxemburgo
- La princesa deslumbra en una cita que reunió a las Casas Reales europeas
Un beso de película para una boda de cuento. Su Alteza Real el Príncipe Guillermo y Gran Duque Heredero de Luxemburgo y la Condesa Stéphanie de Lannoy se han dado el “Sí quiero” este fin de semana en una ceremonia cargada de emoción y romanticismo.
La novia no cumplió con la tradición y, en lugar de llegar tarde, apareció en la Catedral de Nuestra Señora de Notre Dame cinco minutos antes de lo previsto. Conocíamos entonces el secreto mejor guardado de todo enlace: su vestido blanco marfil del diseñador libanés Elie Saab de encaje, escote en la espalda y cuatro metros de cola, cubierto por un velo de tul y encaje de cinco metros. El pelo recogido y adornado con una tiara de 260 brillantes propiedad de la familia de Lannoy.
La joven pareja estuvo arropada por miembros de las Monarquías de todo el mundo, que convirtieron la capital Luxemburguesa en una pasarela de moda. La Casa Real española estuvo representada por los Príncipes de Asturias. Doña Letizia llevó un vestido color ciruela y abrigo en tonos nude bordado con perlas, del diseñador Felipe Varela, y pamela adornada con una flor de plumas. Y Don Felipe el uniforme de Gala del Ejército de Tierra.
Carolina de Mónaco, fiel a su elegante estilo, llegó con este vestido tostado de inspiración años 20 adornado con pedrería; la Princesa Lalla de Marruecos con un caftán morado bordado con hilo de plata; Mary de Dinamarca con un vestido de silueta péplum, Mette Marit de Noruega con un traje de encaje azul marino y cuello de bebé con una original diadema de eslabones dorados, la sonriente Victoria de Suecia con un vestido color champán y abrigo gris... Máxima de Holanda se llevó muchos aplausos gracias a su estilismo, cuerpo color mostaza, falda de tubo y espectacular tocado de grandes plumas.