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Curiosidades históricas del capítulo 9

Isabel 'La Católica' el día de su boda

  • ¿Sabías que en esta época ya se depilaban?
  • "Pensamos que en esta época eran unos guarros, pues no"
  • La noche de bodas fue un acto político

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¡Por fin hemos visto a Isabel vestida de novia! En RTVE.es nos hemos querido preguntar cómo fue realmente aquel día para Isabel 'La Católica'. ¿Cómo se preparó para llegar al altar? ¿Cómo fue su noche de bodas? ¿Quiénes eran las mujeres que le rodearon aquel día que cambió la historia de dos reinos?

El maquillaje en el siglo XV

Óscar Villarroel, profesor del Departamento de Historia Medieval de la UCM, nos asegura que hasta hace muy poco era un tema muy desconocido: "Gracias a un reciente análisis realizado sobre las tumbas de la casa real aragonesa, conocemos un poco más, pues los restos de Blanca de Anjou, esposa de Alfonso III de Aragón arrojaron interesantes datos". En el artículo se asegura que ya en aquella época se teñían los cabellos de rubio y se intentaba blanquear la piel.

Y es que como nos explica Teresa Cunillera, asesora histórica de Isabel,  la blancura era símbolo de belleza: "La gente más sencilla, ni se lo planteaba. Y la gente de una moralidad muy estricta y muy apegada a la Iglesia tampoco recurría a la estética. Pero en la corte, ¡claro que tenían sus truquillos!"

Todo era muy natural, pero eso no quiere decir que fuera beneficioso

Continúa contándonos: "Todo era muy natural, pero eso no quiere decir que fuera beneficioso. Se ponían algunos mejunjes que les llegaban a perjudicar mucho el cutis."

Parece ser que eran todas unas expertas de la cosmética: Tenían mascarillas que hacían diluyendo en leche harina de almendras, de habas, de guisantes, de avena, de semillas de rábano..."

Y si les gustaba tanto la estética, ¿también les gustaba la higiene? Teresa Cunillera intenta echar mitos por tierra: "Siempre pensamos que en esta época eran unos guarros, pues no. Tomarse un baño era un placer. Si eran muy humildes tenían un balde y los más pudientes tenían una tina con agua caliente y plantas aromáticas".

Los pelitos no estaban bien vistos

A tal nivel llegaba la coquetería que hay constancia de que la depilación ya existía: "Los pelitos no estaban bien vistos. Había que tener la piel muy suave." Eso sí, los métodos eran muy dolorosos ya que se empleaban agujas muy, muy calientes o tiras de resinas... ¡para estar guapa hay que sufrir desde hace ya muchos siglos!

Las damas de la corte

En este capítulo hemos visto a Isabel elegir sus damas. Hemos querido saber quiénes eran y qué requisitos debían cumplir los aspirantes a formar parte de la corte.

Villarroel nos explica: "Básicamente podemos decir que los y las jóvenes que acompañaban a los infantes eran miembros de la nobleza, en ocasiones segundones, que eran enviados a la corte para servir y formarse en ella. En muchas ocasiones por la cercanía que llegaban a tener con el rey llegaban a auparse socialmente. Es el caso de Beltrán de la Cueva.  Eranelegidos normalmente por el rey."

Ángeles Irisarri, autora de Isabel, la reina, sigue por la misma línea: "En  Portugal las damas de las reinas se llamaban “meninas”. El término se generalizó en Castilla  cuando llegó la reina Isabel, la madre de la Católica. Por ejemplo, doña Juana, la madre de la Beltraneja, se trajo doce meninas, una dueña, una camarera y un numeroso servicio de criados y criadas.  Las meninas eran doncellas nobles que a  menudo  casaban con cargos de la Corte. Es el caso de doña Clara Alvarnáez, que fue esposa de Gonzalo Chacón, y la que crió, dada la insania de su señora madre,  con infinito cariño y amor a la infanta Isabel, pues hasta vigiló a las nodrizas. Las elegía la futura reina y vivían siempre a su lado, de viaje  o asentadas en alguna ciudad o castillo, siempre estaban con ella, rodeándola. Cierto que se añadían al séquito real mujeres nobles del país, condesas, duquesas, pues era honor servir a la reina. Además, cobraban un sueldo alto. Además,  eran gratificadas con títulos nobiliarios. Es el caso de Beatriz de Bobadilla. Se ocupaban de que todo estuviera bien dispuesto en los aposentos de la reina, de su higiene personal; de su ropa interior, de sus vestidos, de sus mantos y joyas (era importante custodiar el azafate de la soberana);  de sus afeites, de sus baúles; de sus diversiones; de sus libros; de su altarcillo, de sus reliquias y crucifijos o imágenes que tuvieren en aprecio; de dar entrada a las visitas,   y algunas veces hasta de sus dineros."

La noche de bodas de una futura reina

Con tantos testigos alrededor, de romántico no tenía nada

Para Irisarri, la noche de bodas de Isabel debió parecerse bastante a la de muchas muchachas de su edad: "Era igual que la de las otras mujeres. Después de la ceremonia y primer el convite, los novios se iban a su casa y cerraban  la puerta del aposento nupcial. La novia tenía mejor habitación y mejor cama, con varios colchones y cobertor de seda damasquina,  que la inmensa mayoría las mujeres, pero llevaba en el cuerpo el mismo miedo que las demás."

Villarroel, nos asegura que es difícil saberlo, pero que se reducía a una cuestión puramente política.

Cunillera supone que para cualquier novia debía ser un trago complicado: "Se habían tenido que mantener vírgenes hasta el matrimonio, había que demostrarlo con la sábana pregonera. Entonces, si no las habían preparado debía de causarle bastante pavor. En un caso como este, real, con tantos testigos alrededor, de romántico no tenía nada.  Era una tarea por asuntos de estado."