Enlaces accesibilidad

Documentos TV. "Conversaciones con los condenados"

  • En China son más de 50 los delitos que pueden castigarse con pena de muerte
  • Hasta marzo de 2012, un programa entrevistaba a presos antes de la ejecución
  • Las autoridades chinas autorizaban la emisión por su carácter ejemplarizante
  • Seguido por 40 millones de personas, se retiró tras adquirir notoriedad global

Por
Documentos TV - Conversaciones con los condenados

La primera secuencia de Conversaciones con los condenados resulta estremecedora. Un padre se despide de su hija minutos antes de su ejecución, mientras unos periodistas recogen el momento, una escena que congregará ante el televisor a más de 40 millones de personas.

Documentos TV emite un documental sobre el programa de televisión chino 'Entrevista antes de la Ejecución', un 'reality show' presentado por la periodista Ding Yu, que se mantuvo en antena durante más de cinco temporadas batiendo récords de audiencia.

La idea es simple. Los condenados hablan con la periodista "a solas" sobre el delito por el que pagarán, semanas, días e incluso minutos antes de su ejecución.

El programa dejó de emitirse en marzo de 2012 por la repercusión internacional de su emisión y poco después de que la BBC realizará un reportaje sobre el tema.

Un 'reality' aleccionador y moralizante

El programa fue autorizado por el gobierno por su “carácter moralizante” y como un llamamiento al orden para la ciudadanía. El objetivo: dar a conocer las consecuencias letales que conlleva el cometer alguna de las 55 infracciones legales, -desde el asesinato al hurto-, castigadas con la pena máxima en China.

“Conversaciones con los condenados” relata con la más extrema crudeza, los espeluznantes casos reales por los que esos reos han sido castigados con la pena de muerte. Pero lo que resulta más impactante es verles cómo le cuentan a la periodista Ding Yu lo que hicieron, por qué lo hicieron y en especial cómo piden perdón a sus familiares por ese delito, mientras ‘el gran hermano’ invade ese momento íntimo.

Sin derecho a la intimidad

¿Tiene algo que decirle a su hija? Dígaselo y lo emitiremos

“La mayoría de los entrevistados ya no están en este mundo” afirma Ding Yu, un instante antes de dirigirse al condenado para preguntarle: “¿Tiene algo que decirle a su hija? Dígaselo y lo emitiremos. Háblele como si ella le estuviera viendo”.

El derecho a la propia intimidad es tan inexistente, como la controversia ética por transmitir los últimos momentos de los convictos, a quienes se les obliga a portar un cartel con su nombre y el delito cometido, minutos antes de su ejecución.