Curiosidades históricas del capítulo 10 de 'Isabel'
Después de la boda, la vida de Isabel y Fernando, ha ido a peor. No tienen dinero, Enrique les está persiguiendo y además Isabel ha tenido una niña en vez de un varón. Hemos querido preguntarle a Óscar Villarroel, del Departamento de Historia Medieval de la UCM, por estos años que transcurren entre la boda y la proclamación de Isabel ¿Fueron realmente tan duros?
'Isabel': ¿Qué supuso la llegada de Isabel, la primera hija de los Reyes Católicos?
Óscar Villarroel: Por un lado fue, sin duda, una buena noticia puesto que garantizaba la continuidad dinástica. Bien es cierto que cuando se produjo el embarazo hizo que aumentase la presión para conseguir la venia de Enrique al matrimonio. El nacimiento, obviamente, venía a presentar la continuidad en la sucesión. En un momento como aquel, en el que la falta de hijos era un problema para Enrique IV, qué duda cabe que era relevante que Isabel y Fernando la presentasen como segura por su parte. Bien es cierto que, efectivamente, el hecho de que fuese, de nuevo, una niña podía suponer un problema. Y de hecho esa noción se tuvo. Se habla, incluso de una cierta frialdad tras el nacimiento de la niña en el bando aragonés y una cierta alegría en el enriqueño (a decir de Tarsicio de Azcona). Obviamente fue intitulada como infanta de Castilla y Aragón, con lo que manifestaban claramente que Isabel aún se consideraba princesa de Castilla.
“La situación tras el matrimonio es cierto que se volvió complicada“
'Isabel': ¿Cómo fueron los primeros años de matrimonio? Vemos en este capítulo que estuvieron perseguidos por Enrique IV y que las deudas les asfixiaban.
O. V.: La situación tras el matrimonio es cierto que se volvió complicada. Enrique presiona y maniobra para poner fin al conflicto, y eso incluía el no entregar las rentas que debían haberse entregado. Se perdió Valladolid, no se consiguió atraer al marqués de Santillana… La muerte del almirante Fadrique les dejó un tanto desvalidos, su hijo y heredero Alfonso no fue tan firme apoyo como él, además, el rey Juan II de Aragón, padre de Fernando, tenía importantes problemas como para enviarles ayuda.
'Isabel':¿En qué consistía un desposorio? Vemos en este episodio que Juana La Beltraneja es desposada con el Duque de Guyena.
O. V.: En el caso de Juana se realizó un desposorio por palabras de futuro, es decir, el matrimonio propiamente dicho pero que por razón de edad no podía consumarse, pero aún así era matrimonio. También podía ocurrir que se hiciese el matrimonio sin estar presente uno de los contrayentes, con lo cual se presentaba una persona en nombre del contrayente, con los poderes necesarios, y actuaba como tal. Eso ocurrió en esta boda, actuando el conde de Bolonia en nombre de Beltrán, duque de Guyena. Pero eso no quitaba ninguna validez, de hecho Enrique rápidamente reclamó al rey de Francia que cumpliese su parte, y que el nuevo príncipe de Asturias acudiese a Castilla.
'Isabel': ¿Era normal entre la realeza cambiar con tanta facilidad de ‘pretendiente’? Isabel ha tenido a cuatro hombres muy cerca del altar...
O. V.:Hay que tener en cuenta que era una cuestión puramente política. Dependiendo de los avatares la política podía cambiar radicalmente y, en efecto, eso es lo que pasó en este caso, con lo cual las posibilidades de matrimonio cambiaron rápidamente. No es el único caso en que pasó algo parecido, así, por ejemplo, Catalina hija de los Reyes Católicos iba a casar con Arturo, príncipe de Gales, y al morir este se casó con el nuevo príncipe de Gales, su hermano Enrique.
“Fernando se implicó directamente en la defensa de los derechos de su esposa“
'Isabel':¿Cómo pasó los primeros años Fernando en Castilla? ¿Cómo llevó aquello de no poder viajar a Aragón sin el permiso de Isabel?
O. V. : Fernando se implicó directamente en la defensa de los derechos de su esposa, y por tanto suyos también. Es decir, participó militarmente allí donde era necesario (por ejemplo en los intentos por retener Valladolid, donde estuvo a punto de ser cercado por Pacheco). En cuanto a si llevó mal ese periodo sin poder salir de Castilla es difícil saberlo. Sin duda para él, en ese momento, asegurar la herencia de Castilla era su principal preocupación, razón fundamental para que estuviese durante dos años y medio sin regresar a Aragón.
'Isabel': En aquellos años en los que Castilla no tuvo buenas cosechas, ¿hubo algún tipo de revuelta destacable? ¿En qué consistían estos levantamientos?¿Alguno tuvo éxito?
O. V. : En esos momentos la revuelta más destacable, que estaba ya camino de ser sofocada, fue la revuelta irmandiña, la conocida como II Guerra Irmandiña. Nos encontramos ante una revuelta social, en la que hay una gran oposición entre diversas clases sociales y la nobleza. Salvo ese caso hay escasos conflictos que lleven a la sublevación, tan sólo Ágreda, que se levanta para no caer en manos de un señor ante la concesión regia. Posteriormente habría diversos ataques en ciudades del Guadalquivir contra población judía y conversos. En este caso nos encontramos con una relación marcada con el alza del precio del trigo. Hubo una gran carestía que llevó a un aumento espectacular del mismo, y según especialistas como Valdeón Baruque fue “la espoleta que hizo estallar la bomba”, es decir, la causa última pero no la única.
'Isabel': ¿Cuál era el papel de Carrillo en este matrimonio que parece de tres?
O. V.: Carrillo, por su oposición a Enrique IV, veía en Isabel y Fernando la única salida posible.
Esto pasaba, además, por una participación suya muy importante en la dirección política del reino. Carrillo, personaje ambicioso de muy larga carrera, aspiraba a ostentar el mismo poder que otros arzobispos de Toledo habían tenido en el pasado junto al poder regio (como el caso de Sancho de Rojas a principios del siglo XV), que habían llegado a actuar como auténticos regentes del reino. Buen ejemplo de ello lo encontramos en el abandono que llevará a cabo después de los RRCC, pasándose de nuevo al bando de Enrique IV cuando sus deseos no se ven cumplidos (y ahí la no obtención del capelo cardenalicio tuvo un cierto peso: alcanzar la imagen de un tío suyo, que fue cardenal anteriormente, Alfonso Carrillo de Albornoz, era una de sus aspiraciones).
'Isabel': ¿Durante este período qué sucede con Juana?
O. V : Juana está bajo la custodia de los Mendoza desde agosto de 1467 hasta las vistas de Valdelozoya, donde acuden ellos con la niña para realizar el desposorio, en concreto el 26 de octubre de 1470. Si bien al principio estuvo en Buitrago de Lozoya (cercano al lugar del matrimonio) luego fue trasladada a Guadalajara, ambas localidades pertenecientes a los Mendoza. Posteriormente estuvo en el alcázar de Madrid junto a su madre, donde estaba al menos en julio de 1473.
'Isabel': ¿Qué supuso que Enrique anulara los Pactos de Guisando
O. V : En sí no hubo una anulación formal, lo que hubo fue un incumplimiento de diversas partes del mismo, por ambas partes. El incumplimiento supone y suponía una serie de dudas ¿si se incumple una parte queda todo anulado? ¿si lo hace el rey autoriza a Isabel a incumplir otras partes sin por ello seguir siendo reconocida como princesa? Hay que tener en cuenta que Isabel reconoce a Enrique como rey, y eso es una concesión, porque ella se presenta no sólo como su sucesora, sino también como la de su hermano Alfonso y su padre Juan. Por ello la situación era complicada, porque cada parte alegaba los incumplimientos ajenos, no los propios, y consideraba anulado el trato o no, dependiendo de su propio interés. Con lo cual había toda una guerra de propaganda ante el reino para presentar las dos versiones.