Recuerdo, imagino, luego existo
- Mitsuo Miura reivindica en sus obras la experiencia y la memoria
- El artista japonés llena de recuerdos el Palacio de Cristal de Madrid
- La instalación “Memorias imaginadas” puede visitarse hasta el 2 de septiembre
- CONTENIDO EXTRA: Mira una galería que repasa la carrera de Miura
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Memorias imaginadas
Dónde: Palacio de Cristal, Parque del Retiro (Madrid).
Fecha: Hasta el 2 de septiembre de 2013.
Horario: Todos los días de 10 a 22 h.
Entrada: Gratuita.
-"¿Ambición o creatividad?".
Ésta fue una de las primeras preguntas que lancé al artista de origen japonés Mitsuo Miura.
Y así me contestó al supuesto "dilema":
-“Todo el mundo me critica que soy poco ambicioso pero mi ambición en realidad es tener más tiempo para mí, tener tiempo suficiente para tener una experiencia”.
Estas palabras resumen a la perfección el ADN de un creador que basa su trabajo en las experiencias y en las diferentes realidades de la vida cotidiana. Un artista que puede encontrar la inspiración en el hecho de detenerse y observar como el polvo se acumula en el estante de una librería con el paso de los días.
Mitsuo Miura es un observador de las cosas que suceden, ruidosa o silenciosamente, pero suceden. Matices vitales que responden a sus orígenes japoneses y se mezclan con la “expresividad y el desenfado”, en palabras de Miura, que le ha dado el vivir entre nosotros desde hace más de 40 años.
La fuerza emocional del color
Su obra bebe de la abstracción y está preñada de colores, muy definidos, sean éstos puros o desvaídos. Una influencia, la del color, que viene de su forma de entender la vida, sin angustias, sin violencia, de ahí que se califique a Mitsuo Miura como un artista optimista, aunque yo diría, más bien, hedonista. Una persona que, como cualquiera, tiene sus problemas pero opta por no volcarlos en sus creaciones.
Con una obra extensa a lo largo del tiempo está volcado actualmente en su particular ejercicio sobre la memoria, entendiendo ésta como una experiencia que se va acumulando y él va ordenando: “Voy cogiendo todo este tipo de experiencias y estoy construyendo una forma de entender mis tiempos, el placer de la vida”.
La memoria habita en un bosque de columnas invisibles
Una de las maneras elegidas para ordenar sus recuerdos, en este caso los que le evocaban las diferentes exposiciones que había visitado en el Palacio de Cristal de Madrid, fue utilizar este singular espacio arquitectónico como un contenedor de esas memorias.
Con una intervención muy discreta, sin hacer sombra al edificio y valiéndose de unos sencillos discos de madera de diferentes colores, Mitsuo Miura crea un bosque de columnas invisibles que aluden directamente a los recuerdos del artista. Una instalación que deja espacio vital permitiendo el diálogo entre el interior y el exterior. Una obra que da vía libre al espectador para participar y hacer uso de su propia imaginación y memoria.