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En Portada. "Vietnam. La guerra que (sí) nos contaron"

  • 40 años después, la guerra de Vietnam sigue viva en la memoria colectiva
  • Prensa, radio y televisión la convirtieron en una guerra a la vista de todos
  • Marcó un antes y un después en la cobertura periodística de los conflictos
  • En Portada la retrata a través de los periodistas que la narraron en primera línea
  • La guerra que (sí) nos contaron se estrenó el 18 de abril a las 23.30 h en La 2
  • Guión del reportaje disponible on line (formato PDF)

Por
En Portada - La guerra que sí nos contaron

FICHA TÉCNICA

GUIÓN: Alicia Gómez Montano

REALIZACIÓN: Susana Jiménez Pons

MONTAJE: Fuencisla Ruíz

PRODUCCIÓN: Ana Pastor, Lourdes Calvo, Karina Arutyúnova, Miguel Moreno, Philip Keutner, Leonor González

IMAGEN: Carlos Dias Oliván, Javier Britos, Iván Makarov, Asi Aivas, Pau Sanclamente, Dieter Bahlau, Nelson Rivas, Felipe Borrego, Alejandro Carrillo

REDACCIÓN: Carlos Franganillo, David Picazo, Sagrario G. Mascaraque, Yolanda Álvarez, Carlos Ruscalleda

DOCUMENTACIÓN: SS.II de TVE

Con una mezcla de pragmatismo y resignación, los periodistas asumimos que la primera víctima de la guerra es la verdad

Con una mezcla de pragmatismo y resignación, los periodistas asumimos que la primera víctima de la guerra es la verdad. Nadie sabe a quién se le ocurrió tan cínica y certera observación: hay quien se la atribuye a Winston Churchill y otros manuales sobre cobertura de conflictos, se la endosan a Hiram Johnson, congresista demócrata norteamericano, e incluso se atreven a ponerle fecha: 1917, durante la Primera Guerra Mundial.

Cuando estalla un conflicto, siempre hay un momento en el que los intereses de la prensa y de los gobiernos y ejércitos implicados, se dan la espalda. La prensa necesita informar y las partes implicadas prefieren por razones estratégicas, y especialmente cuando las cosas no van bien, la censura y la propaganda.

Una guerra a la vista de todos

Las relaciones en tiempos de guerra entre la prensa y el poder, están trufadas muchas veces de tensión y otras de altas dosis de connivencia. Esto no es algo nuevo. Lo novedoso fue que hubiera una guerra, la de Vietnam, en la que los periodistas podían trabajar con una libertad absoluta, -bastaba con acreditarse-, y contar lo que veían.

No hay una sola causa que lo explique. Por una parte, las relaciones entre prensa y ejército habían sido excelentes, -fueron de la mano-, durante la Segunda Guerra Mundial. Por otra, Estados Unidos, consciente de su superioridad militar y dando la guerra por ganada, no puso trabas al trabajo de la prensa. Por último, los medios de comunicación, especialmente la televisión, vivía días de expansión y gloría y Vietnam se convirtió en un argumento informativo cotidiano.

Han pasado cuarenta años y el conflicto de Vietnam sigue vivo en la memoria colectiva. Es cierto que fue una guerra muy larga, más de 11 años, pero todavía lo es más que fue una guerra moderna, a la vista de todos. La prensa, la radio y la televisión, que se había hecho un hueco importante en los hogares de todo el mundo-, nos contaban el día a día de un conflicto que contra todas las previsiones, no ganaron los más fuertes.

Vietnam marcó un cambio en la cobertura de los grandes conflictos

Todavía hay quien piensa que Estados Unidos perdió la guerra en los periódicos y en los informativos de televisión más que en el campo de batalla. Pero para la prensa, que informó con una libertad de movimientos envidiable, Vietnam marcó un cambio en la cobertura de los grandes conflictos: los periodistas tuvieron que enfrentarse a la censura militar de los grandes ejércitos y las imágenes empezaron a escasear en la mayoría de las guerras que vinieron después.

El conflicto en primera línea

En La guerra que (sí) nos contaron están algunos de los grandes periodistas que fueron a Vietnam: Patrick Chauvel, fotoperiodista francés que ha trabajado en todas las guerras de los últimos 50 años; Sylvana Foa, por entonces en NewsweekMijail Ilynsky, del diario ruso Izvestia y probablemente el periodista extranjero que más tiempo estuvo en Vietnam, 11 años. Jonathan Schell,  de New Yorker, testigo de una de las peores matanzas contra la población civil, la de Ben-Suc. Marta Rojas, cubana, periodista del diario Revolución, que trabajó junto al Vietcong durante varios meses; Helmut Kapfenberger,  enviado por la agencia de noticias ADN de la desaparecida República Democrática de Alemania.

Y además, algunos de los periodistas españoles que nos acercaron el conflicto: Vicente Romero, por entonces enviado del desaparecido diario Pueblo y los enviados de Televisión Española Diego Carcedo y Miguel de la Quadra.

Lo mejor de este reportaje ha sido entrar en contacto con grandes maestros y maestras del periodismo y escuchar sus testimonios, en los que rezuma la sabiduría que se adquiere, por observación, sobre el terreno. Y lo más difícil, comprobar que muchos ya han fallecido y que el resto, era difícil de localizar.

Este reportaje no hubiera sido el mismo sin la ayuda de algunos compañeros de las corresponsalías de Televisión Española que, entregados a la causa, buscaron por las vías más insólitas, el rastro de quienes un día nos acercaron a una guerra cruel, que tuvo lugar en un país lejano y en unas circunstancias que hicieron de su trabajo de periodistas, una experiencia irrepetible.

La banda sonora de reportaje

Una selección de las canciones que suenan en La guerra que (sí) nos contaron, listas para compartir y escuchar on line.