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Más Isabel - ¿Cómo era la música del siglo XV?

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Los sonidos en general, y la música en particular, de la época de Isabel I de Castilla eran generados in situ, en vivo y en directo. Desde el tañer de las campanas que marcaban las horas, a la música de los recibimientos de personajes y ceremonias públicas, encomendada a las trompetas y atabales, pasando por las fiestas y celebraciones de todo tipo: desde la fiesta popular del patrón del lugar, o de la vendimia, con sus danzas y cantos, a la más refinada tertulia en el salón noble de palacio (el propio Enrique IV era gran músico y tenía buena gracia en cantar y tañer) o de la ceremonia religiosa, acompañada de cantores, organistas y ministriles.

La música en directo, la única posible entonces, estaba encomendada a los ministriles y músicos de las casas nobles, de los palacios y de las catedrales. En el ámbito popular, los buenos músicos profesionales buscaban acomodo en ámbitos menos penosos que el campesino o el de las ciudades, aunque las cofradías contasen con músicos para ocasiones especiales.

Los instrumentos mencionados en las crónicas y documentos son muchos: los ya citados trompetas y atabales en los recibimientos y ceremonias al aire libre. Las chirimías, dulzainas, gaitas, flautas, tamborinos y panderos para las danzas. Los tañedores de cuerdas: pulsadas como el laúd, la vihuela, el arpa o el salterio, o frotadas como las vihuelas de arco, para los momentos más tranquilos. Sin olvidarnos del órgano (con sus fuelles de cuero accionados manualmente para empujar el aire) y el clavicémbalo.