Más Isabel - Los tapices: su historia y su misión
En la Edad Media, los interiores de los grandes palacios eran extremadamente fríos por estar construidos en piedra sin apenas recubrimiento. En estas circunstancias, la única manera de calentar las habitaciones era abrir una chimenea (cosa que no siempre era posible) o colgar de las paredes tapices para "abrigarlas" y para tapar vanos y ventanas, evitando así la radiación fría y dando sensación de calor en las estancias.
Lo más probable es que los primitivos tapices fueran simplemente paños gruesos colgados de las paredes (como cortinajes) o extendidos en el suelo (como alfombras). Con el tiempo, fueron incorporando decoración y materiales caros (oro, plata, seda), convirtiéndose en objetos suntuarios y en auténticas obras de arte.
Desde el siglo XV los tapices se empleaban también como colgaduras en la decoración de las vías públicas con motivo de cualquier celebración importante (procesión, entrada real o recepción solemne, que llegaban a ser muy complejas -arquitectura efímera-). A partir el siglo XVII se popularizó el uso de las alfombras y los tapetes, distinguiéndolos perfectamente de los tapices, definidos por su posición vertical.
Información elaborada con la colaboración de Enrique Aznar Pardo, historiador y seguidor de la serie