La magia de MasterChef Junior se apodera del Palacio Villa Suso
- Chicos de entre 8 y 12 años pondrán a prueba sus dotes culinarias
- Un formato de éxito internacional que ya ha llegado a 15 países
- ‘MasterChef’, premiado por la crítica en el Festival de Vitoria
- Solo 16 de los más de 3.000 inscritos a través de RTVE.es se convertirán en aspirantes
Una multitud de niños se agolpaba a las puertas del Palacio Villa Suso. No había crío en Vitoria que quisiera perderse el acontecimiento del día, poder conocer a sus ídolos, Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera.
La sala, abarrotada por todos los vitorianos deseosos de compartir la tarde con ellos, gritaba al unísono: "¡Yo soy MasterChef Junior. Con este lema, comenzaba la reunión entre amigos. Un encuentro atípico, alejado de formalidades y estilos. Un encuentro en el que los niños eran los verdaderos protagonistas. La sonrisa de sus rostros despertaba ternura allá donde mirases y la viveza de sus ojos delataba la emoción que sentían. Ellos, los reyes del palacio y los auténticos ídolos para el jurado.
Sonrisas y momentos inolvidables
Entre anécdotas de la pasada edición del programa y comentarios de la que todavía está por llegar, iba fluyendo una conversación cargada de risas y momentos memorables entre el grupo de niños sentados sobre el escenario, mezclados con Eva, Samantha, Jordi y Pepe.
Se iniciaba así una votación para elegir al miembro más guapo del jurado. Muchas de las asistentes, y no las más pequeñas precisamente, declaraban su amor a Jordi coreando un “te amo” desgarrador que llegaba a hacer eco en la sala, con las posteriores carcajadas del resto que se encontraba allí.
El momento más enternecedor llegaba con la pedida de matrimonio de Pepe. Cuando le tocaba su votación, una niña que tenía al lado levanta la mano para apoyar su candidatura como su preferido del jurado. El corazón de éste quedaba cautivado al instante y respondió con un: “¿quieres casarte conmigo?”. Ella, de expresión jocosa e inocente, le pregunta su edad, a lo que el chef le contesta con un tímido “18” y, como si de un resorte se tratase, el compañero de detrás le rebate “no te lo crees ni tú”. De nuevo, el jolgorio cobraba protagonismo.
“Saber comer”, es la clave del éxito en la cocina
“Vamos a enseñaros cómo tener una buena dieta, hablaremos de los productos sanos y os mostraremos lo fácil que resulta cocinarlos”, comentaba Jordi. Los niños, expectantes, atendían a las palabras del chef motivados por la cercanía del estreno de un programa que ha batido índices de audiencia.
Eva, la presentadora del talent show, confesaba haber escuchado más de una vez a un jurado convencido de que si cogían de cada concursante de la pasada edición, una pizca de su habilidad en la cocina, tendrían al chef perfecto.
Jordi lanzaba una pregunta al público: “¿qué es lo más importante que tiene que aprender un aspirante?”. “Tenerlo claro”, dice uno. “Trabajar duro”, contesta otro. Pero, aparte de las cualidades evidentes que ha de tener una persona que quiera triunfar en la cocina, lo imprescindible es “saber comer, conocer los productos que son sanos, degustarlos y disfrutar de ellos en el paladar”. Un buen cocinero tiene que ser capaz de coger un alimento que no le guste y aprender a cocinarlo para cambiar su opinión. “A mí, de pequeño no me gustaba el tomate y ahora me encanta, esa es la clave”, asegura el chef.
Al grito de Eva con un “¿quién quiere chocolate?” se ponía fin a esta familiar conversación y salían a relucir los nervios por llegar los primeros a las puertas del palacio para conseguir una merienda digna de reyes.
Una chocolatada como despedida
Con el atardecer asomándose por los tejados de Vitoria, Eva, Samantha, Jordi y Pepe compartían autógrafos, fotografías, besos y abrazos con su batallón de fieles seguidores.
Tras una taza de chocolate acompañada de bizcochos, niños, padres, periodistas y el equipo de MasterChef se despedían así de un delicioso día del FesTVal.