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Diego Galán: "La censura se estaba aplicando al cine español, no a mi montaje"

  • Charla con el director, guionista y presentador de Memorias del cine español
  • 32 años después, publicamos un capítulo doble de la serie que fue censurado
  • Ver los capítulos de Memorias del cine español

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Memorias del cine español - Capítulo doble: El amor posible y Los nuevos tiempos

Memorias del cine español fue una serie de programas divulgativos sobre la historia del cine en España. Sus capítulos, amplios reportajes con interesantes entrevistas, fueron producidos y emitidos por Televisión Española todos los martes entre abril y julio de 1978. Su productor fue Epifanio Rojas y su director, guionista y presentador, Diego Galán.

Tras esa primera emisión, TVE repuso la serie en 1981. A tres capítulos de acabar la reposición, la serie se canceló indefinidamente. Para esa reposición, Diego Galán había dirigido tres nuevos episodios: “El amor posible”, sobre cine del destape, “Los nuevos tiempos”, sobre cine político, y un capítulo final que recopilaba toda la serie. Pero los dos primeros no conseguían superar la censura debido a su contenido.

Ahora, 32 años después, publicamos el capítulo dobleCon este motivo hemos contactado con su creador: Diego Galán. Lamentablemente, el capítulo no es el que su director hubiera deseado, ya que no es una versión acabada de los mismos. Galán insiste en que este capítulo doble se hubiera completado de haber sido aprobado para su emisión, y que fue una maqueta para demostrar a la televisión que se podían emitir aceptando la censura.

-¿Cómo ha cambiado la televisión desde que trabajó en ella hasta ahora?

-Ha cambiado de muchísimas maneras. Todo cambia en la vida. Antes, trabajar en ella era más libre, había menos burocracia... El recuerdo que tengo de esta serie, Memorias del cine español, es que, aparte de los disgustos que también nos pudimos llevar, había un ambiente como más familiar, más coloquial. Hablar con la gente y con los productores era muy sencillo, era como estar en casa.

-¿Y cómo ha cambiado lo que recibe la gente?

Antes había mucha ilusión por hacer las cosas y supongo que eso también se notaba en la pantalla. La forma de percibir la televisión es muy distinta hoy en día, no se puede comparar con cuando solamente había dos canales y censura. Bueno, ahora también la hay… Pero lo que sí había en el trabajo era ese ambiente familiar, amistoso y fácil. Y muchísima ilusión por hacer las cosas. Mucha gente trabajaba en televisión solamente por el placer de expresarse y de hacer las cosas muy bien, aún con la censura. O precisamente contra la censura.

-Había un especial interés por saltársela…

-Sí, claro. Y a veces se conseguía.

-¿Cuál es la censura de hoy en día?

-Económica, sobre todo. Ahora las televisiones están pendientes de la audiencia, exclusivamente. Y yo considero censura suprimir un programa porque el primer capítulo no ha tenido la audiencia que se requería. Aparte de que no entiendo muy bien esas mediciones, creo que son una gran farsa pero que todo el mundo ha decidido considerarla auténtica.

-¿Esta política de la audiencia no existía entonces?

-No, no existía. Lo que sí podía ocurrir era que un programa te lo cambiaran de día o de hora porque no había tenido la audiencia necesaria. Pero suprimir y eliminar como hacen ahora… yo eso no lo recuerdo, aunque yo trabajé para la televisión, no en televisión.

-¿Podemos ver una historia de la sociedad en la historia de la televisión?

-La televisión, como el cine, son reflejos voluntarios o involuntarios de lo que pasa en el país en cada momento. Ahora, cuando se hacen esos programas de recuerdos, revivals, se puede ver bastante bien cómo era el país entonces. O por lo menos cómo lo reflejaba la televisión.

-¿Por qué decidió hacer un programa que repasara la historia del cine: por mostrar lo oculto, por su afición al cine…?

-Por mi afición al cine, desde luego. La idea que le propuse a la televisión no tenía nada que ver con esto. Yo les llevé una serie sobre los fracasos, sobre los directores que no habían podido hacer las películas que habían soñado. Como el director de las películas de Joselito, que había tenido otras ambiciones pero no las había podido hacer. Esa idea la aprobó la televisión y empecé a trabajar en ella. Pero mientras la estábamos haciendo pensé “caray, si aquí lo importante no es lo que no se ha hecho sino lo que sí se ha hecho”. Y se cambió sobre la marcha, aunque lo consulté con la televisión lógicamente y como entonces las cosas eran bastante fáciles, no tuve problemas. Pero la idea no era contar el cine español sino lo que no había sido el cine español. Bueno, es una serie que aún está posiblemente por hacer.

-Hábleme de Memorias del cine español

-Es una serie que surge en un momento muy especial. Se empieza a preparar y rodar con Franco aún vivo, y se emite con Franco ya bien muerto. En ese momento el país estaba viviendo un cambio muy importante, y revisar el pasado más reciente con películas que muchísima gente no había visto nunca o que se habían olvidado, tuvo una repercusión muy notable. Fue una serie de mucho éxito e incluso de mucha polémica, porque todo el mundo o casi todo el mundo que aparece ahí tenía una politización a flor de piel, precisamente por ese cambio tan tremendo que el país estaba viviendo: salir de una dictadura a un sueño de la democracia. La gente estaba muy sensibilizada a eso y en este sentido la serie vino, sin quererlo, a incidir en esa sensibilización general. Era frecuente que los actores o directores que se entrevistaban hablando de sus películas del pasado acabaran politizando su actuación, e incluso había gente que pedía perdón por haber hecho determinadas películas.

-¿Qué no podría faltar en una serie que recogiera el cine español entre el 78 y la actualidad?

-Memorias del cine español está dividida por géneros (histórico, folclórico, cine social…) y al ser por géneros, ahora mismo no sé yo qué otros géneros han surgido nuevos. Han cambiado, sí, pero como géneros, no sé yo si han surgido géneros nuevos. El terror, por ejemplo. Pero ahora no se podría hacer de esa manera, creo.

-¿Por qué esa censura tan férrea incluso en 1981?

-Como la serie tuvo mucha repercusión cuando se emitió, unos años después TVE decidió programarla de nuevo, pero pidieron que se actualizara. Como era por géneros, los géneros nuevos que habían surgido tras la muerte de Franco eran el cine erótico y el cine político, aunque ya había habido cine político en la posguerra, pero de otra manera. Y la serie se volvió a emitir entera excepto esos dos capítulos. Del primero, porque el director de la segunda cadena de TVE me dijo “es que se ve un felpudo”. Yo jamás había oído hasta entonces que ‘felpudo’ era una manera de llamar al sexo femenino y me repasé el programa en mi cabeza preguntándome a qué felpudo se refería y qué tenía de malo que apareciera un felpudo. Aparecía una mujer desnuda en una ducha y se le veía el sexo, y ese fue el motivo por el que se prohibió. Y el otro, el del cine político, porque había mucha bandera roja, puño en alto o que se hablaba mal de Franco. Eso hizo que se prohibieran los dos y en conclusión también se prohibió el resumen que había al final del programa que incluía partes de estos dos.

-¿Insistió para que se emitieran?

-Intentamos salvarlos, negociar, discutir… Y se hizo una versión síntesis de los dos capítulos, juntando los dos en uno, que no se terminó de hacer y que es una chapuza desde el punto de vista del sonido, de los títulos, de los rótulos de las películas, que apenas se leen… Y se hizo un trabajo para ver si convencíamos a la televisión para que al menos emitiera este resumen, ya suprimidos los ‘felpudos’ y suprimido todo aquello que parecía que les molestaba. Y aún así tampoco se emitió. Pero me da pena que lo que se vea sea este resumen, esta maqueta de resumen, y no los programas como tenían que haber sido.

Hubo hasta una intervención parlamentaria sobre este tema. Este tema de la censura se llevó a una Comisión del Parlamento. Un diputado hizo una defensa a ultranza de estos capítulos para que se pudieran emitir y yo intenté convencer a algunos productores de que lo que realmente estaban prohibiendo eran sus propias películas, porque estaban prohibiendo un resumen de algo que habían hecho ellos. La censura se estaba aplicando a las películas españolas, no a mi montaje ni a mi punto de vista. Pero no hubo mucho apoyo en ese sentido, y esa es la triste historia del final de Memorias del cine español.

-¿Dónde podían verse estas películas, si no era en televisión?

-La gente ya las había visto en su día en los cines. La serie llegaba hasta la época actual, así que las del presente estaban más cerca en la memoria de la gente. Pero esas películas ya no se podían ver, en el mercado no estaban ni DVDs ni VHSs. Por eso creo que tuvo tanto éxito esto, porque se veían películas o que no se habían visto nunca o que se habían visto hacía muchos años.

Y sí tuvo mucha polémica (la serie completa, no solo los dos censurados) porque tenía cierto humor o cachondeo, y eso irritaba a los medios de la derecha como El Alcázar o Arriba. En cambio, era muy defendida por intelectuales como Montalbán o Umbral. Todas las semanas después de la emisión de cada capítulo aparecían artículos en los periódicos, unos a favor, otros en contra… Fue polémica porque recordar el pasado no les gustaba a todos. Cuántas cosas me haces recordar, qué tiempos aquellos…

-¿Hubo momentos en los que tuvo que evadir la censura con alguna treta?

-En esta serie concretamente no había muchas. A veces la voz en off era críptica y en lugar de explicar las cosas como uno las pensaba, se contaban de manera, como aquello que decíamos, “para el espectador inteligente”. Era muy habitual en ese momento lo de escribir entre líneas o dar por supuesto que el espectador era cómplice. Pero no hubo más problemas de censura que yo recuerde ahora, salvo estos dos capítulos finales, sobre todo por la aparición de un ‘felpudo’. La expresión me dejó marcado para siempre. Ahora que he hecho una película sobre cómo ha visto el cine español a la mujer, ahí aparece el ‘felpudo’ maldito, con Bárbara Rey en la ducha. Pensé “por este plano me prohibieron un programa, ahora lo voy a poner”.

Solo queda darle la enhorabuena porque, tantos años después, en el Archivo de RTVE