Esperanza en las Malvinas
Malvinas Argentinas es un municipio situado al noreste de la ciudad de Córdoba, la segunda en importancia del país. La llamada “tercera sección” de Malvinas es el lugar donde se desarrolla nuestra historia. Es la zona menos desarrollada de la localidad, a medio camino entre el medio rural y el urbano y con grandes carencias de todo tipo.
Los Hermanos de la Salle, que ya contaban con una gran escuela en el centro de Córdoba, decidieron instalarse en una zona que necesitara especialmente lo que mejor saben hacer desde hace siglos: la educación. Finalmente, aquí instalaron su casa, entre los más pobres. Cerca de un 70% de las familias de este sector de Malvinas vive bajo el nivel de la pobreza. La iniciativa de los Hermanos de La Salle se materializó hace diez años en la escuela de primaria San Héctor Valdivielso, en recuerdo del primer santo argentino, hermano de la Salle.
La apuesta de la escuela de Malvinas y de los Hermanos de la Salle, desde un principio, estuvo claramente orientada hacia lo que llaman “educación popular”. Se trata, entre otras cosas, de tener muy en cuenta las circunstancias sociales e incorporar la vida al conocimiento que se imparte en la escuela.
Al principio de cada curso se hace una gran encuesta entre los vecinos para conocer sus inquietudes. Y, posteriormente, se engarza esa realidad en las materias que se imparten.
El panorama de los jóvenes de Malvinas no es muy alentador: un alto porcentaje no está escolarizado, otros tienen trabajos informales y una gran parte está sin ningún tipo de empleo. Todo ello, en un lugar con nulas ofertas para dar respuesta a estos jóvenes.
Ante esta realidad, a la gente de La Salle se le ocurrió poner en marcha la que llaman Casa Joven.
Este proyecto, como el de la escuela, ha sido financiado en parte por PROYDE, la ong de La Salle en España, una institución con 25 años de historia y que apoya la misión educativa lasaliana en muchos países.
Una escuela solidaria
La presencia de La Salle en Malvinas ha traspasado lo meramente educativo para expandirse en acciones sociales y solidarias. Por ejemplo, se ha creado un proyecto de microcréditos destinados a la mejora de las viviendas del barrio. También para paliar el problema de la falta de ropa adecuada, especialmente cuando llega el tiempo de frío intenso, las madres de la escuela han organizado un ropero con donaciones que llegan desde Córdoba.
A los niños, derivados por la trabajadora social, se les da lo que necesitan y los adultos del barrio pueden comprar ropa a precios muy bajos. Algo parecido con la ropa sucede con la alimentación. La comida de mediodía es financiada por el Gobierno. Pero en la escuela se dieron cuenta que muchos niños se iban a la cama con el estómago vacío. Entonces, otro grupo de madres se organizaron y cocinan en la tardes para un centenar de alumnos. La situación es crítica para muchas familias del barrio.