Un país para comérselo explora la comarca en la frontera de Salamanca y Portugal
Ana viaja hacia el lejano oeste, en un recorrido que la lleva a una comarca en la frontera de Salamanca y Portugal, país al que cruzará para una cata de su gastronomía.
Esta es la comarca del Campo Charro que tiene su capital en Ciudad Rodrigo y donde el toro bravo reina, con todo su señorío, en la dehesa.
Obleas, hornazo y farinato
Ana llega en su moto a Sancti Spiritus. Allí preparará obleas, un dulce que nació entre los muros de un convento. Otro dulce motivo la lleva hasta la comarca de Arribes del Duero: En Saucelle, tras la recogida de las almendras, es tradición celebrar una fiesta donde se subasta una rosca que Ana amasa con las vecinas del pueblo.
Seguimos camino hacia San Felices de los Gallegos, un lugar donde se levantaron las primeras fortificaciones defensivas en el siglo XII. En la tahona de este tranquilo pueblo, Ana apunta las indicaciones de Vicenta para preparar el hornazo, un plato festivo que se prepara en toda Salamanca.
Otra especialidad de la tierra es el farinato, un delicioso embutido y todo un emblema de la gastronomía de Ciudad Rodrigo.
Al otro lado de la frontera
Pero no sólo de carne vive el hombre. Ana cruza a Portugal para probar el bacalau a bras, una de las decenas de formas en las que nuestros vecinos preparan este manjar, que también en Salamanca tiene su formulación propia, los cachelos.
La minería fue en el pasado una fuente de trabajo en la zona: Navafrías es un pequeño municipio de la frontera con Portugal donde Ana escuchará las historias sobre la explotación de wolframio, un mineral que tuvo una gran demanda durante la última guerra mundial.
En las grandes extensiones de dehesa de la comarca pasta la vaca morucha, una especie autóctona muy bien integrada en su medio ambiente. El toro de lidia tiene también en esta comarca su reino, y su cría en armonía con la vida silvestre, es una de las razones por las que la dehesa todavía mantiene sus mejores atributos medioambientales.