Mª José: "Nos ha cambiado la vida"
- Ángel, de cinco años, nació con espina bífida y no puede andar
- Necesitaba 24.000 euros para poder recibir un tratamiento novedoso
"No nos hemos pensado dos veces lo de salir en televisión. Aquí estamos, a por todas. No pretendemos dar lástima. Nunca jamás nadie nos ha visto derrotados". Son palabras de Mª José, quien -acompañada de su marido, Paco,- pidió ayuda en Entre todos para poder pagar un tratamiento para su hijo.
Ángel nació con espina bífida y desde ese momento sus padres no han dejado de luchar para conseguir que pueda andar.
“Tenía la médula completamente fuera del cuerpo“
"El pronóstico no era bueno. A las 10 horas de nacer se lo llevaron a quirófano y le tuvieron que cerrar la herida de la espalda porque tenía la médula completamente fuera del cuerpo", explicaba Mª José.
No fue la única vez que el pequeño tuvo que pasar por quirófano. Un mes después de esa operación tuvieron que ponerle una válvula en la cabeza para sacarle líquido. Fue entonces cuando les explicaron en qué consistía la enfermedad de Ángel.
"Nos dijeron que nuestro hijo no iba a poder andar, que necesitaba una sonda cada tres horas para poder orinar, que podía tener problemas de inteligencia (...) Nos causó un impacto muy grande, nos quedamos en shock", contaba Mª José.
“Teníamos que darle lo mejor para que fuera lo más feliz posible“
Tras un breve proceso de asimilación, ella y su marido se pusieron en "marcha" para mejorar la calidad de vida de Ángel. "Teníamos que ponernos en marcha para estimularlo, darle lo mejor para que fuera lo más feliz posible", decía.
Largo camino
A los dos meses de nacer empezó a recibir rehabilitación en el hospital Infanta Margarita de Cabra (Córdoba) y también ha acudido -hasta hace poco- a estimulación precoz en el centro de Priego. Al ver que el niño no andaba, acudieron a una clínica en Barcelona. "Ahí nos dijeron que era imposible, que ni con aparatos iba a ponerse de pie", apuntaba Mª José.
Lejos de desanimarse, ella y su marido volvieron a buscar clínicas y encontraron una en Santiago de Compostela que ofrece una rehabilitación novedosa. "También inyectan la hormona de crecimiento que lleva una proteína que hace que los músculos se fortalezcan", contaba.
Mª José y Paco están en paro y no podían pagar los 24.000 euros que cuesta un año de tratamiento en esta clínica, pero gracias a la solidaridad de los espectadores, lo consiguieron.
"En tres meses nos ha cambiado la vida al saber que mi hijo tiene un año de terapias. Este programa nos ha dado mucha ilusión, explica ahora Mª José, quien destaca el apoyo "personal" recibido, además del económico.
A 1.000 kilómetros de su casa, Mª José y su familia inician una nueva etapa ilusionados y convencidos de que este tratamiento mejorará la calidad de vida del pequeño Ángel.