Marcos consigue autonomía y recibirá terapias en un colegio especial de Oviedo
- Su madre, Raquel, pidió ayuda para comprarle un andador y unas plantillas
- El niño, de nueve años, padece el Síndrome de Angelman
A sus 31 años, Raquel vive dedicada por completo a su hijo Marcos. El pequeño, de 10 años, padece Síndrome de Angelman, una enfermedad neurogenética que le impide andar y hablar. Marcos necesita atención las 24 horas del día porque también es hiperactivo y sufre crisis epilépticas.
“El niño no se daba la vuelta y no decía mamá“
"A partir de los seis meses noté que el niño no se daba la vuelta y no decía mamá. Entonces se lo comenté al neurólogo y me dijeron que tenía un retraso madurativo o una parálisis cerebral. Al principio no sabían exactamente lo que era", contaba Raquel, que acudió a Entre todos porque necesitaba unas plantillas especiales y un andador para su hijo.
"Marcos tiene los pies torcidos, le han operado dos veces de cada tendón de aquiles y necesita unas plantillas especiales que le lleguen hasta las rodillas para corregirle la postura de las piernas. Y para poder andar con ellas necesita también un andador", contaba Raquel, quien explicó que también le serviría para guardar el equilibrio.
Ella está en paro y el padre del niño, que desde que empezó con problemas no quiso saber nada de él, no le pasa la manutención de forma regular. Los abuelos maternos de Marcos viven de una pensión y no podían pagar las plantillas y el andador.
Nueva vida en Oviedo
Gracias a la solidaridad de 104 espectadores Marcos ha conseguido ser más autónomo. "Estamos muy emocionados de ver que puede andar, que va recto. Va investigando cosas que antes no podía hacer", cuenta Raquel.
Marcos también ha conseguido unas prótesis para sus piernas que le permiten mantener mejor el equilibrio y le corrigen la posición de la columna.
Ahora, Raquel y su hijo van a comenzar una nueva etapa en Oviedo, donde hay colegio especial en el que Marcos podrá recibir terapias. El tío del niño y hermano de Raquel les acompañará en esta aventura.
"Ya hemos cogido un piso y ahora nuestro objetivo es encontrar trabajo allí para seguir ayudando al pequeñajo", apunta su tío.