Más Isabel - La historia de amor entre Alfonso e Isabel

• Isabel, la hija de los Reyes Católicos, debe casarse con el heredero portugués
• Un matrimonio concertado que se convertirá en una bonita historia de amor

Isabel - Muere el príncipe Alfonso

Isabel, la hija mayor de los Reyes Católicos, no se mostraba muy entusiasmada con su futuro matrimonio. Sin embargo, nada más ver a Alfonso, el hijo de Juan II de Portugal, todas sus dudas se borraron. Aquí comienza un bonita historia de amor que, para agrandar la leyenda, acabó en tragedia.

Una boda por poderes

"En abril de 1490, se cumplió una de las cláusulas del tratado de Alcaçobas, por el que se había ajustado el matrimonio de la infanta Isabel, hija mayor de los Reyes Católicos con el infante Alfonso, heredero del trono de Portugal", nos cuenta Ángeles Irisarri, autora de Isabel, la reina.

Un matrimonio que, tras firmar las capitulaciones matrimoniales, se celebró por poderes, ya que la infanta Isabel estaba en Sevilla con sus padres y el infante Alfonso, en Portugal. La novia tenía 20 años; el novio, 15.

"La celebración muy espléndida, pues la reina entre los regalos, la tribuna de autoridades y los entretenimientos, gastó cuatro millones de maravedís", explica Irisarri, y continúa: "las fiestas, las bodas y tornabodas, como se decía entonces, duraron 15 días y demostraron la magnificencia de la Corte de Isabel y Fernando. Hubo justas, el propio rey lanceó los tablados; representaciones de teatro, momos, juglares y juglaresas; frailes limosneros que recitaban coplillas picantes, amén de luminarias; fuegos de artificio en el Guadalquivir y músicas de mil maneras, que disfrutaron los reyes, el príncipe, las infantas, los linajes del reino y el publo llano".

Unos meses después, los reyes despidieron a su hija; la boda presencial se celebró en Portugal. ¿Por qué no la acompañaron? Óscar Villarroel, profesor de Historia en la UCM nos lo explica: "Era bastante habitual. ¿Por qué? Porque eso supondría la salida de los reyes de su propio reino y eso era algo que ocurría muy pocas veces y, desde luego, no por un matrimonio",

Una bonita historia de amor

Isabel y Alfonso ya se conocían, sin embargo eran unos niños cuando se vieron por primera vez. Ahora volverían a encontrarse, unos años mayores, sin la inocencia de la primera vez y con el temor de una boda concertada con una persona de la que a penas guardaban recuerdos.

Sin embargo, todos sus temores y reticencias desaparecieron en ese nuevo encuentro en Portugal. Se gustaron, se enamoraron y vivieron felices hasta que el amor se tornó en tragedia el día que el infantae Alfonso perdió la vida mientras que montaba a caballo. "Andaba por la ribera de un río y sucedió que el animal resbaló y el joven se encontró debajo de la bestia, con tal mala suerte que fue aplastado", afirma Irisarri.

Con la muerte de Alfonso el mundo de Isabel se vino abajo: "Al conocer la muerte de su marido, a la infanta Isabel se le hundió la tierra bajo sus pies. Lloró y lloró lágrimas sin fin; vistió de luto y de tela muy basta, de arpillera, como hacían los penitentes, y quiso retirarse de las pompas y vanidades del mundo y entrar en religión", sigue explicándonos Irisarri. Pero la reina no se permitió y se llevó a Isabel con ella de vuelta a Castilla. "Al poco tiempo, la necesitó para renovar la alianza con Portugal y, a la muerte del rey Juan, la caso con su sucesor, el rey Manuel".

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