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Más Isabel - El mundo islámico, ¿en ayuda de Boabdil?

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Boabdil sigue resistiéndose a entregar Granada. Pretende plantarle cara a los cristianos y para ello no ha dudado en pedir toda la ayuda posible, tanto a turcos como egipcios. ¿Le ayudaron?¿Cómo eran estas misiones diplomáticas?

Una ayuda casi inexistente

Siguiendo en este caso al arabista Lopez de Coca Castañer, que  ha estudiado el tema de las relaciones entre el reino nazarí y el Mediterráneo Islámico, decir que la ayuda oficial militar de cientos de barcos o miles de soldados que esperaban nunca llegó.  En parte por la eficaz política diplomática, a base de negociaciones y embajadas, iniciada por los Reyes Católicos y que se prolongó durante años.

Estas relaciones de diplomacia obtuvieron sus frutos (con Pedro Martir de Angleria al frente): por una lago, ayudó la distancia geográfica entre España y el Imperio Otomano de entonces, y por otro porque los Reyes Católicos, habían ordenado con la marina real (castellana y aragonesa) bloquear el Estrecho de Gibraltar y controlar con su flota toda la franja que iba desde Gibraltar a la costa valenciana. Recordemos además que la amenaza turca a España estaba aún lejana debido a que el Magreb y Egipto aún eran estados independientes con sus propios sultanatos.

Ello no impidió que pequeñas remesas de ayuda, extraoficiales, llegaran hasta las costas granadinas. Se sabe que los hafsíes de Tunez ayudaron con pólvora a los andalusíes y que voluntarios de la fe lucharon como muyahidínes en la Guerra de Granada. Posiblemente llegados en pequeños grupos de varias personas, algo así como ha ocurrido en la actualidad con los voluntarios  que desde otros países islámicos (sobretodo árabes) han luchado en Chechenia, Afganistán o Bosnia, atendiendo al deber religioso de la Guerra Santa o Yihad y acudir a la defensa del Islam en esos países donde estaba amenazado.

Dada la movilidad que había en el mundo islámico, gracias a la peregrinación a La Meca, la noticia de lo que estaba sucediendo en Granada habría hecho que hubiera quien les ayudase al margen, incluso, de la oficialidad de los gobiernos.

La presencia turca en Granada

Evidentemente, en Castilla existía el miedo de que ocurriera lo mismo que con Otranto o Rodas: que los turcos hicieran lo propio en España.

Relacionada con los turcos hay una historiadigna de la mejor novela histórica:  el arabista Coca Castañer alude a que eb 1487 se descubrió en Valencia una especie de "conspiración"  donde los mudéjares de Valencia habían enviado un mensajero a Bayaceto II, el sultán Otomano entonces reinante, diciéndole que 200.000 musulmanes en Valencia estaban dispuestos a alzarse en armas si él acudia en ayuda de ellos.

Parece que los ánimos en estas comunidades musulmanas mudéjares estaban bastante revueltos por la serie de medidas discriminatorias que empezaron a usarse contra ellos: prohibición de llamar a la oración desde los minaretes, señales en la vestimenta, crecientes impuestos.

Se descubrió a uno de estos mensajeros, pero Fernando el Católico no hizo nada más que ordenar una pesquisa y bloquear aún más el Mediterráneo con sus barcos.

Misiones diplomáticas

Tanto las fuentes árabes como las cristinas coinciden en que fue cierto el envío de misivas diplomáticas a países islámicos aliados como Marruecos, Túnez, el Egipto mameluco y a los Otomanos, o la recepción de embajadas llegadas desde estos países tiempo antes o durante asedio a Málaga.

Por ejemplo, Hernando del Pulgar menciona una embajada de los Reyes Católicos al Sultán de Fez, mientras que fuentes turcas algo tardías  señalan que en el invierno de 1486-1487 llegó a Estambul, a la corte de  Bayaceto II (1482-1512), un enviado de Boabdil, el cual conmovió a todos los presentes al leer un texto de Abu l-Baqa’ de Ronda (poeta del siglo XIII) sobre la pérdida de las ciudades de Al-Andalus y el fin del Islam en España.

Ibn  Iyâs, cronista egipcio, nos comenta, en ese mismo año de 1487, de la llegada de una embajada desde el reino nazarí, no se sabe si enviada por El Zagal o Boabdil, probablemente éste primero, donde el sultán andaluz pedía ayuda militar para luchar contra los francos que asolaban sus tierras.

La respuesta del sultán mameluco fue meramente diplomática como comenta Rachel Arié: “El sultán tuvo a bien escribir al clero de la iglesia de la Resurrección de Jerusalén, instándole a que hiciesen llegar una carta al rey de Nápoles por medio de uno de sus sacerdotes, rogando al príncipe que se entrevistara con el rey de Castilla, con objeto de que éste cesara en sus ataques contra al-Ándalus y evacuara el país. En caso contrario,  el sultán advertía que haría uso de represalias contra los sacerdotes de la iglesia de la  Resurrección y que prohibiría a los europeos el acceso a este santuario, que luego haría  demoler.”  Como podemos ver sólo se quedó en unas meras advertencias a los Reyes Católicos.