Más Isabel - ¿Qué pasó con los árabes que vivían dentro de las murallas de Granada?
- En un primer momento se les reconocen todos sus derechos y propiedades
- Además, no estarán obligados a abandonar su religión
- Sin embargo, como en otras ocasiones, las cosas no tardarán en cambiar
¿Qué pasó con los árabes que vivían dentro de las murallas de Granada? ¿Se respetaron sus costumbres? ¿Se les señaló y apartó como previamente se hizo con los judíos? ¿Cumplieron Fernando e Isabel lo que firmaron? Nuestros asesores de cabecera nos lo detallan.
Reconocimiento de propiedades, derechos y religión
"A los musulmanes que estaban en Granada, queda recogio en las capitulaciones también, se les reconoce todas sus propiedades, sus derechos, su religión, etc. No están obligados a convertirse, no están obligados a abandonar la ciudad. De hecho, los que vivían en Granada no están obligados siquiera a llevar un símbolo distintivo", afirma Óscar Villarroel, que también asegura que, en caso de quisieran marchase, también se les respataría que puediesen hacerlo con todos sus bienes.
La conversión no era obligatoria. Pero como en todas las ciudades que habían conquistado, los ReyesCatólicos no dejarán pasar la oportunidad de que la población abrace la fe cristinana por su propia voluntad. Es aquí donde la figura de Hernando de Talavera, convertido en arzobispo de Granada, cobra protagonistmo. El confesor de la reina intentará, según explica Villarroel, llevar a cabo unos procesos de conversión "basados en el diálogo y la comprensión, más que en la imposición. En ningún momento va a intentar imponer la fe".
Sin embargo, el proceso de evangelización de Talavera no acababa de dar sus frutos, y de nuevo, aparecen figuras que exigen métodos "más rápidos". Nos lo cuenta Ángeles Irisarri:
"Muy pronto, el empeño de cristianizar de fray Hernando de Talavera, que era arzobispo de la ciudad, se puso en marcha. El prelado se acercó a los moros con sutileza y finura, pues hizo aprender el árabe a sacerdotes y frailes y traducir libros de las Sagradas Escrituras, y el mismo intentó aprender aquella lengua, pese a ser anciano. Aunque consiguió algunas conversiones, el proceso era lento, de una lentitud que provocó protestas entre el clero y personas próximas a los Reyes, que deseaban utilizar con los musulmanes métodos más expeditivos, como los empleados con los judíos, alegando que era peligroso que hubiera en el reino de Granada núcleos importantes de musulmanes, que podían aliarse con los enemigos de la Cruz".