Los imperdibles de Eslovenia
Un paseo en las embarcaciones turísticas que zarpan de la plaza Presernov. Una perspectiva distinta de Ljubljana: su cara fluvial, con los palacios e iglesias reflejándose en las aguas.
Cenar en Pr´Skelet en Ljubliana. Restaurante situado a orillas del río, en su terraza a la luz de las velas Una experiencia muy romántica
Coger el tren en Most na Soci hasta Bohinjska Bistrica. La gracia consiste en subir el coche al vagón-plataforma. Las vistas son cautivadoras, y, sobre todo, nos ahorra la subida y la bajada de tres puertos de alta montaña
Para amantes de la adrenalina, una bajada en el tobogán alpino en Adrenalin Park. Si aún no hemos conseguido subir los niveles de la hormona podemos realizar un salto de esquí. No se preocupe si no hay nieve, aquí también se practica sobre hierba.
Recorrer los 20 Kilómetros de la gruta de Postojna (bueno no es necesario hacer los 20). Se le pondrán los pelos de punta al visitar este templo rocoso del que cuelgan formaciones fantasmagóricas del techo o que surgen del suelo.
Sentirse un auténtico Robin Hood en el castillo de Predjama, uno de los más originales del mundo con la montaña como techo natural.
Los más golosos no pueden dejar de probar, en las terrazas colocadas a la orilla del lago Bled, la sabrosa tarta de la región, el kremna rezina, un pastel de nata y crema que merece una degustación calmada.
Visitar una granja de permacultura en la tradicional localidad de Skofja Loka y elaborar uno mismo su pan más conocido, el struklji, pan trenzado relleno de carne o verduras.
Visitar el Museo Municipal de las Técnicas de Idrija, una pequeña ciudad minera, que fue galardonado con el premio al Mejor Museo Técnico e Industrial de Europa, merece realmente la pena.
Brindar por el viaje con una copa del vino elaborado con las uvas procedentes de la vid más antigua del mundo en Maribor