"Se hace saber", la receta de la felicidad
Hoy nos ha dado por buscar la tan manida receta de la felicidad. Y haciendo un concienzudo análisis, hemos llegado a la conclusión de que si algo te hace feliz, sonríes. Bien, ya hemos acotado algo de campo. Ahora solo nos queda delimitar cuáles son las cosas en la vida que nos hacen sonreír. Incluso carcajearnos, que debe ser algo así como el súmum de la felicidad momentánea.
La productora 100 balas, capitaneada por Flipy y David Troncoso, se levanta un día con la premisa de conseguir carcajadas al por mayor. Algo tan difícil y tan fácil a la vez en estos tiempos de incertidumbre. Para fabricarlas, le proponen a un barbudo y experimentado en estas lides caballero de nombre Goyo Jiménez que reclute a gente de confianza para conformar un pelotón de cachondos mentales. Goyo se siente privilegiado ante tal misión, y a tal efecto hace personarse a un comando de descerebrados que han diseminado las risas en muchos hogares de este país. Leo Harlem, Agustín Jiménez, Sergio Fernández "El Monaguillo", Iñaki Urrutia, Arturo González Campos y Berta Collado . Casi nada.
La materia prima es de primera. De la Primera. De la 1 de TVE. (Y perdón por el más que evidente chascarrillo) Habrá que sazonarla con un formato adecuado a los tiempos que corren. Quizá un programa de sketches de situaciones con 40 minutos de duración en una cadena históricamente apegada al humor puede ser un buen envoltorio para meter en el horno. Y que empiece en Nochebuena, que siempre ha sido fecha propicia para degustar viandas de calidad.
El proceso de cocción es delicado, no esperen gags industriales, creados como churros. Aquí ha habido amor en la cocina. Muchísimas horas de guiones imposibles, de grabaciones eternas, de ligeras trabas..pero todo compensa cuando tienes el lujo de poder aderezar las amarguras con risas que no son enlatadas, sino frescas.
Para la presentación de cada uno de los platos, estaría bien que cada una de las delicatessen fuera servida por diferentes camareros, con los que la audiencia se va a sentir identificada plenamente. Seguro que el alcalde de Somostre de Abajo, Don Melitón Cabañas, estrambótico donde los haya, nos deja organizar una cena en su peculiar pueblo. Tenemos un chef espectacular, se llama Zacarías Melindrón, y es un desastre. Para el permiso de festejos, llamamos al diputado Eduardo Melencio, un político bondadoso y siempre enfrentado a su oponente imaginario. Los ingredientes podría prepararlos Leocadio Botillo, un charcutero que sabe más que nadie del carácter español. Quizá Klagkhal Klagkhalakhs, pastor montañés que llega del lejano Kafiristáns, quiera echarle alguna especia para condimentar. Puede que Rafa y Javi, amigos hasta la muerte, quieran poner la mesa montando una de las suyas. Intentaremos echarle unas migajas a The Guarriors, que viven en el metro y son peligrosos. Quizá mientras engullimos queramos ver algún capítulo de ¿Quién vive ahí, en la historia?. O nos dé por disfrutar de alguna película de Cine Ibérico, las películas clásicas como nunca las imaginaste. Diferentes personajes y situaciones que ahora te suenan a chino, pero que entrarán a formar parte del imaginario colectivo.
Y vaya caterva de secundarios
Esto va cogiendo color. La verdad es que huele realmente bien. ¿Qué más podríamos echarle? Además de los ingredientes principales, tenemos que contar con un sofrito a la altura. Para que vaya pochando hemos llamado a una enorme lista de personas que han dado mucho por la comedia a este país. Reconocidos por todos, el elenco es para echarse las manos a la cabeza. Un "no pensé que pudieran juntar a todos" en toda regla. Para que se hagan una idea: Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes, Fernando Esteso, Pepe Viyuela, Miki Nadal, Florentino Fernández, Ignatius Farray, Carlos Areces, Álex O´Dogherty, Aníbal Gómez y un largo etcétera. Por tener, tenemos hasta al grandioso Chiquito de la Calzada. Pero no lo vamos pregonando mucho porque no queremos fardar.
Un programa que, en origen, se iba a llamar Surtido Ibérico. Que vendría muy bien para ilustrar esta crónica gastronómica. Al final se llama Se Hace Saber. El grito de guerra de los pregoneros. Un nombre que sintetiza muy bien la idea del programa. Humor cañí, costumbrismo ibérico, sin renegar del surrealismo universal. Un desborde de creatividad que tras las navidades te traeremos todos los viernes. Un espacio que, al ser presentado ante los medios, se convierte en una reunión de grandes amigos que se desternillan a mandíbula batiente con las ocurrencias del que se siente a su lado. Una presentación donde tienen que aguantar la risa. Donde en la foto de familia se dice "menestra", y no "patata". Donde los comensales se van con un muy buen sabor de boca. Ahí radica la grandeza de un programa que huele muy bien. Y que sabe mejor. En Nochebuena os ponemos un plato en la mesa. No nos falléis.