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Repor conoce esta semana a personas que no pueden encender la calefacción en invierno

Repor - A dos velas

  • Unos 4 millones de españoles están en situación de pobreza energética
  • En el último año ha habido más de un millón de cortes de luz por impago
  • El paro, el incremento del recibo y viviendas mal aisladas, las causas del problema

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Repor - A dos velas

Cuando cae la noche, la casa de Carmen sólo está iluminada por velas. En paro y con tres hijos, hace 4 meses que le cortaron la luz y sobreviven gracias al butano con el que cocinan y calientan el agua para el baño. Dos vecinas, en solidaridad, les proporcionan barras de hielo para mantener los alimentos refrigerados y se llevan la ropa de los niños para lavársela. “Un adulto lo sobrelleva, pero los niños me dicen: ay mamá, todavía no tenemos luz y se me parte el alma, porque no pueden ver los dibujos, ni leer… Vivir sin luz es muy amargo, muy triste”.

La peor consecuencia del frío: la muerte prematura

La Asociación de Ciencias Ambientales ha hecho el primer estudio en España que analiza este problema y cifra en más de 4 millones de españoles los afectados por la pobreza energética.  Según ellos, su peor consecuencia es la muerte prematura por pasar frío. Las entidades de ayuda social como Cáritas o Cruz Roja han visto multiplicarse de manera muy preocupante las personas que atienden por pobreza energética, y reclaman que encender la calefacción no se convierta en un lujo, sino que estamos hablando de unos derechos mínimos.

Controlar el consumo y el gasto

Algunos ayuntamientos como Zaragoza ya han puesto en marcha medidas paliativas.  En el barrio de San Pablo  colocan un medidor de energía en algunos domicilios para que los vecinos controlen el gasto. A la vez aconsejan cómo aprovechar mejor la energía a los más vulnerables.

Sin agua corriente, como hace 50 aós

Y aunque lo del frío es terrible, hay otros que sufren un doble castigo y es no tener además acceso a un bien tan esencial como el agua.  Víctor y Soledad son un matrimonio con tres criaturas y sin ingresos.

"Sobrevivimos en el siglo XXI. Vivimos como hace 50 años”.

Sobreviven con garrafas de agua para las tareas más básicas: “supervivencia en el siglo XXI. Vivimos como hace 50 años”.