En Portada. "Náufragos del destino"
- En Portada retrata el drama de miles de inmigrantes que sueñan con Europa
- Para la mayoría de ellos "echarse a la mar" es la única salida
- Miles de muertes al año están haciendo del Mediterráneo un gran cementerio
- Náufragos del destino se estrenó el 6 de marzo de 2014
FICHA TÉCNICA:
GUION: ESTHER VÁZQUEZ
REALIZACIÓN: TERESA MORA
PRODUCCIÓN: ANA PASTOR /LOURDES CALVO
IMAGEN: JOSÉ LLORCA
SONIDO: FERNANDO ROMERA
MONTAJE: RICARDO LAGO
Miles de personas pierden la vida en su intento de llegar a Europa.
“Italia, ejemplo de uno de los países con leyes más duras para la inmigración irregular“
La política de control de fronteras y de inmigración sigue en manos de cada uno de los países miembros de la Unión Europea. Aunque las leyes son parecidas, en algunos países son más restrictivas que en otros. Italia es el ejemplo de uno de los países con leyes más duras para la inmigración irregular, donde es considerada un delito. A pesar de ello, cada vez se repiten más tragedias como la del pasado mes de octubre, cuando más de 350 personas perecieron en un naufragio intentando llegar a la isla italiana de Lampedusa.
Tragedias que afectan a personas de las que solo sabemos que han tenido que soportar muchos sufrimientos para tomar la decisión de cruzar el mar en busca de un destino. Gente que huye de la miseria y los conflictos de sus países, personas de las que ni siquiera se conocen sus nombres y que cuando mueren se les identifica tan solo con un número.
La historia de Hamidú
En Túnez, el equipo de En Portada conoció a Hamidú, un joven de 27 años originario de Costa de Marfil cuya vida es un ejemplo de la de muchos que cruzan el mar o saltan las vallas para llegar a Europa, donde creen que encontrarán una vida mejor.
“Emprendió un viaje repleto de calamidades en el que recorrió cuatro países y perdió cuatro años“
Hamidú salió de su país cuando apenas era un muchacho. Junto a su hermana, presenció el asesinato de sus padres durante la primera guerra civil en Costa de Marfil. Poco después, se vio obligado a huir con lo puesto. Emprendió un viaje repleto de calamidades en el que recorrió cuatro países y perdió cuatro años. Llegó a Libia, donde encontró trabajo, pero allí le sorprendió de nuevo la guerra y acabó en un campamento de refugiados en la frontera entre Libia y Túnez: el campamento de Shusha.
Su estancia de dos años allí ha marcado su vida. Tristes y amargos recuerdos, como cuando recibió la noticia de que muchos de sus amigos habían muerto en el mar, pero también experiencias de solidaridad, compañerismo que aprendió de la convivencia con otros inmigrantes y refugiados en ese campo. Un lugar creado el 24 de febrero de 2011, poco después de los primeros enfrentamientos en Libia, y que se cerró en junio de 2013 sin lograr una solución a los cientos de personas que todavía permanecen allí y que no pudieron acogerse al programa de reasentamiento en terceros países. Gente que se encuentra ahora, abandonada a su suerte, en mitad del desierto.
"Echarse a la mar", única salida
Muchos de ellos solo esperan “echarse a la mar”, como ellos nos relatan, y alcanzar la isla de Lampedusa en Italia. Para algunos no sería la primera vez que lo intentan. A pesar de haber visto la muerte muy de cerca, siguen considerando que esa es su única opción.
Hamidú, aunque ha tenido más suerte que muchos de ellos y ha podido comenzar una nueva vida en la ciudad de Túnez, sigue mirando fijamente al mar y no descarta la idea de huir con sus compañeros a Lampedusa.
Mercancías, muros y personas
Frente a fronteras que, cada vez se abren más al el tráfico de mercancías o productos, las personas se enfrentan a vallas y muros cada vez más difíciles de traspasar. Unas barreras que no consiguen disuadir a los que no encuentran un modo de poder vivir en sus países o buscan en otros un lugar seguro para refugiarse. Murallas en las que siguen perdiendo la vida decenas de miles de personas, que sueñan con llegar a esa Europa que imaginan y que, la mayoría de las veces, cuando logran por fin alcanzarla se trasforma en un puro espejismo.