Mercedes, cansada de la "pericia" de Antonio, le pide la separación de bienes
- Mercedes quiere proteger a la familia de los negocios de Antonio
- Lucía se sincera con Carlos y le confiesa que siempre le ha gustado
- Miguel se sirve de unos quicos para explicar su árbol genealógico
Parece que las flores no han ablandado el corazón de Mercedes. En este capítulo, "Gracias por las flores", vive un momento realmente duro cuando se palpa un bulto en el pecho. “Desde el principio planteamos que no queríamos asustar innecesariamente a la familia ni tampoco al espectador. No es cuestión de que el cáncer se persone otra vez en la serie pero sí la cuestión de la amenaza”, explica Curro Royo, guionista del episodio.
Su entereza como mujer y como madre es la que le impide contárselo a la familia porque no quiere que estén preocupados. El director del capítulo, Moisés Ramos, apunta que “ella entiende que no dándole demasiado peso, el diagnóstico va a tener menos importancia”.
El gran dilema de Antonio
Otra cuestión relevante es el dilema que se le plantea a Antonio. ¿Ir o no ir a la clínica? Armado de valor, se persona a las puertas del hospital pero cuando se dispone a entrar, algo se lo impide. “La delgada línea roja entre hacer las cosas como se debe y la cobardía por el hecho de ser presumiblemente rechazado por ella, le acobarda y termina yéndose”, añade. Esa ausencia quiere cubrirla con un ramo de flores que Mercedes se encontrará nada más abrir los ojos tras la operación.
“Cada vez me gusta más escribir secuencias mudas en esta serie porque los actores son tan buenos y pueden contar tanto solo con miradas que, como guionista, puedes permitirte ese lujo. En otras no podrías pero en esta sí”, confiesa Curro.
La gran distancia entre Merche y Antonio
El guionista cuenta cómo "se está personando cada vez más lo que, realmente, piensa el uno del otro. Este es el capítulo en el que Mercedes descubre que tiene que proteger a la familia”. Antonio siempre ha sido muy aventurado en el tema de los negocios, no le ha importado apostar fuerte confiando en obtener beneficios pero, muchas veces, ha terminado fracasando y Merche no se lo permite más.
En cuanto a la secuencia final, el director explica que "la distancia entre ambos está buscada. Hay una mesa muy larga en la que cada uno se sitúa a un extremo y Toni en el medio en su papel de moderador. Hay una formalidad y una distancia burguesa que a mí me desasosiega mucho”.
El olfato periodístico de Toni
A lo largo de estos últimos capítulos hemos podido ver cómo el olfato periodístico de Toni se ha ido desarrollando. “De todas las tramas que estamos llevando esta temporada la que va creciendo en intensidad y tiene más tono thriller, es la de Toni”, explica Curro.
Un nuevo atraco a un almacén de joyería le pone en alerta. “Este es el momento en el que empiezan a no encajarle las cosas y lo que le va a llevar a explorar una senda que con los capítulos que vienen se va volviendo más peligrosa”, añade. Moisés invita a ver el desenlace. “Nadie puede perdérselo, es genial”.
¡Carlos se lanza a los labios de Lucía!
Carlos lleva mucho tiempo dándole vueltas a su “relación” con Lucía. En las últimas sesiones, él se había dado cuenta de que sentía algo más por ella que un mero agradecimiento por la ayuda psicológica. Era Lucía quien, en todo momento, quiso mantener una relación profesional hasta que, cuando él le confesó lo que sentía, decidió cortar las visitas a la consulta.
Sin embargo, será ella misma quien, en su despedida de soltera, le incita a llevarla a su casa cuando este le impide conducir ebria. “Es bonita la secuencia en la que hablan de lo que sienten el uno por el otro. Ella se sincera diciéndole que le gustó desde el primer momento y a Carlos, como siempre, le pilla a trasmano, porque para cuando le cuentan las cosas nunca tiene posibilidad de culminar”, cuenta entre risas Moisés.
Miguel le confiesa a Maurín que son hermanos
Miguel no podía escoger mejor momento, lugar y forma para confesarle a Maurín su relación fraternal. Un periodo en el que tanto ellos dos, como Antonio, han sido abandonados por sus mujeres, un prostíbulo como escenario y unos quicos para representar el árbol genealógico de ambos.
“Uno no espera encontrarse en ese lugar con ciertas confidencias”, ríe el director. “Esto es lo que tiene la franqueza de la borrachera, “In Vino Veritas”, la verdad la dicen los borrachos y los niños”, añade el guionista. Curro asegura que “es un momento muy cómico, son fantásticos”.
Moisés lo asemeja con lo que dice Don Draper, “’ni te imaginas las cosas que no han sucedido’, esto es lo que hace Maurín, tratar de que no haya pasado”. De ahí que, a la mañana siguiente, cuando Miguel le pregunta si se acuerda de algo de la noche anterior, echa la culpa al alcohol de sus "lagunas".
Los “Rosa Chillón”, de la diversión a la profesión
Carlos tiene mucha fe en “sus chicos”, por ello, cuando un productor musical le ofrece la posibilidad de formalizar la situación del grupo no se lo piensa dos veces. Una oportunidad así no puede desaprovecharse.
“Con Rosa Chillón estamos reflejando lo que era el proceso de la movida”, comenta Curro. Una época en la que la noche madrileña abría las puertas al mundo del éxito y un momento en el que estaban surgiendo grupos revelación que “rompían” en los escenarios.
Moisés explica que al grupo, en un primer momento, les choca la idea de firmar un contrato con una discográfica y convertir la diversión en un trabajo. “Hay cosas que se resolvían con la confianza, con un apretón de manos y ahora les obligan a hacerlo por escrito; es como pasar de la juventud a la vida adulta”.
El guionista del capítulo confiesa que “era muy bonito verlos a todos diciendo: “no sabemos en qué terminará esto pero si Carlos está representándonos, nos fiamos de él”. La amistad entre ellos siempre ha estado por encima de los posibles intereses económicos. ¿Qué les deparará el futuro a "Los Rosa Chillón"?