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Miguel del Arco: Hacer lo posible. Hacerlo posible

  • Del Arco fue al teatro y se dio cuenta de que no haría otra cosa para ganarse la vida
  • Su historia como director comenzó con un Pirandello: La función por hacer
  • La recompensa del esfuerzo es siempre que sea posible hacer la función
  • No sólo de cansancio, de entusiasmo y de empeño vive el teatro. Ni el teatro ni nadie

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Atención Obras - Entrevista Miguel del Arco

¡Atención obras!

La agenda cultural de La 2 se emite cada viernes, a las 20h.

“¿Qué voy a hacer si no?” – explicó Miguel del Arco.

El Marlowe éste tenía un sonido que me atacó

Nos estaba contando lo que sintió cuando el colegio le llevó al teatro a ver “La vida de Eduardo II de Inglaterra” dirigida por Lluís Pasqual. “El Marlowe éste tenía un sonido que me atacó” Y, atacado por los sonidos de Marlowe, dramaturgo inglés coetáneo de Shakespeare, del Arco decidió que tenía que pertenecer a ese mundo; quería volver a sentir las emociones que le provocó la representación.

Hasta ese momento –dijo- no se había permitido contemplarlo como una posibilidad profesional pero, vivida esa experiencia, “¿qué iba a hacer si no?”. Me encantó esa frase. Suena a que el teatro se convirtió en un destino inevitable, en su sino, ¿qué podía hacer si no seguir su sino?

La idea que tenemos ahora del caballero del Arco como un hombre importante dentro del panorama teatral la ha construido él por atender la necesidad que le surgió al ver aquel Marlowe dirigido por Pasqual.

Atención obras - Entrevista al director Miguel del Arco, entera y sin cortes

La función por hacer

Su historia como director de escena comenzó con una adaptación de un Pirandello. “La función por hacer” era una versión libre de “Seis personajes en busca de autor”.

Los que participaron en ese proyecto no estaban necesitados de trabajo, no tenían que autoemplearse. Barbara Lennie, por ejemplo, llegaba agotada a los ensayos porque venía de grabar una serie de televisión. ¿Qué les llevaba a cansarse aún más cargándose de otros quehaceres?

 Y si no era la recompensa del triunfo lo que esperaban, ¿qué esperaban? Hacer la función

Claro. Ahora que sabemos que ganaron muchos premios Max ese año y el siguiente, que los proyectos que propone Kamikaze, su productora, son siempre queridos y celebrados por el público, parece como si entonces ya hubieran intuido que el éxito les iba a favorecer, pero no creo que ninguno imaginara que les iba a ir tan bien.

 ¿Hasta cuándo podrán hacer la función?

Y si no era la recompensa del triunfo lo que esperaban, ¿qué esperaban? Hacer la función. La recompensa es siempre que sea posible hacer la función. 

Cuando empezaron, los Kamikaze hicieron lo posible porque la función pudiera hacerse, pero quien haya escuchado o leído declaraciones de del Arco en los últimos años sabe que flota por ahí una duda: ¿Hasta cuándo podrán hacer la función?

La necesidad de la cultura

No nos engañemos: no sólo de cansancio, de entusiasmo y de empeño vive el teatro. Ni el teatro ni nadie.

No sólo de cansancio, de entusiasmo y de empeño vive el teatro. Ni el teatro ni nadie

Todos necesitamos ganarnos la vida y el gusto por tu profesión no quita el hambre. Hacer teatro cuesta dinero. A todos nos encanta que aparezcan nuevas propuestas escénicas, todos queremos que nos cuenten historias, pero para que sea posible hacer la función, es necesario que se puedan pagar los sueldos de técnicos y actores. Así de simple, como en cualquier otra actividad.

Porque si no se cobra… hay que hacer otro trabajo que permita ganarse los dineros para vivir.

 ¿De verdad queremos ser los que prescindan de algo que, en nuestra cultura, lleva en pie desde el siglo VI antes de Cristo?

Es probable que muchos sigan pensando que la cultura interesa a una minoría, que es algo inútil, prescindible. Acabo de meterme en internet y he buscado “el carro de Tespis”.  Al griego Tespis se le atribuye la invención del drama por el siglo VI antes de Cristo. Y yo me pregunto: algo que lleva interesado tanto tiempo, aunque fuera a unos pocos, ¿se puede considerar minoritario, inútil o prescindible?

 Del Arco habla de lo necesario para poder seguir adelante. Habla de lo complicado que ha sido estos años cobrar por su trabajo. No es agradable temer continuamente por la continuidad de tu proyecto.  En estos momentos de crisis en los que todos nos estamos apretando el cinturón, ¿de verdad queremos ser los que prescindan de algo que, en nuestra cultura, lleva en pie desde el siglo VI antes de Cristo?

Han logrado el reconocimiento de la profesión y de los espectadores

Miguel del Arco fue un día al teatro y se dio cuenta de que no haría otra cosa para ganarse la vida. Pues lo ha hecho posible. Por eso es una pena que esté siempre en la cuerda floja, temiendo que eso por lo que lucharon agotándose, ensayando cuando hubieran tenido que descansar, se pueda ir al garete precisamente ahora, cuando han logrado el reconocimiento de la profesión y de los espectadores.