La presión y la arrogancia de Lorena la dejan fuera de MasterChef
- Fue de las peores en la primera prueba y pésima como capitán de equipo
- Vicky y Emil llegan a la mitad del programa como los grandes favoritos
- Vuelve a ver el programa 7 completo, sólo en RTVE.es
Lorena ha sido la sexta eliminada de MasterChef, superada por la presión e incapaz de alcanzar el nivel de exigencia del programa. Los jueces añadieron otros factores que influyeron en su expulsión: su arrogancia y el no querer aprender.
La malagueña fue la peor en todas las pruebas de la noche, cometiendo fallos muy grandes. Jordi Cruz le aviso: "en MasterChef dos o tres errores consecutivos te llevan a la calle".
"A lo mejor no sirvo para ser capitana y tampoco para ser chef", reconoció la aspirante.
Fuera de la competición, Lorena es una mujer fuerte, divertida, entusiasta y vital. Sus compañeros la echarán de menos, especialmente Vicky con quien compartió risas y muy buenos momentos. Gonzalo despidió a la DJ gritándole: "no dejes de pinchar".
"Gracias por hacer este sueño posible [...] Masterchef es súper bonito pero súper intenso. Y la intensidad va desde lo malo hasta lo bueno", apostilló.
Celia arrastra a Lorena a la eliminación
La primera prueba del programa contaba con una dificultad extra: los aspirantes trabajarían por parejas, relevándose en las cocinas cada seis minutos. Y por si fuera poca presión, los peores se ganarían el delantal negro e irían directamente a la Eliminación.
A Lorena y a Celia les tocó trabajar juntas y, aunque al principio la malagueña estaba contenta con su compañera, pronto se dio cuenta de que Celia estaba "más perdida que un pingüino en un desierto". ¡Creía que el magret era un tipo de cocción!
"Un cocinero puede no conocer un producto pero con un poco de actitud resolver la situación bien", recriminó Jordi. La vegana estaba tan bloqueada que ni siquiera fue capaz de seguir las instrucciones de su compañera. Ellas se ganaron el delantal negro.
Después de la reprimenda del jurado, Celia se puso las pilas y dirigió medianamente bien a su equipo. No obstante, la vegana no termina de arrancar en el concurso: se salvó de la expulsión, no por elaborar un gran plato, sino porque Lorena lo hizo peor que ella. Celia, junto con Marina y Cristina, están agotando sus oportunidades en MasterChef. ¿Será alguna de ellas la próxima en dejar las cocinas?
Al menos, la prueba por por parejas sirvió para que Gonzalo y Marina limasen asperezas, gesto que el jurado aplaudió. "Nosotros somos como Pimpinela: una relación de amor-odio", apuntó Gonzalo.
El Master y el Ruiseñor de los fogones
El resultado de la prueba por relevos fue un fracaso general y ningún plato estuvo a la altura de las expectativas del jurado. Incluso los niños de MasterChef Junior trabajaron mejor ellos.
Pero si una pareja estuvo mejor coordinada fue la formada por Cristóbal y Emil. El granadino y el catalán, el Ruiseñor y el Master de los fogones, trabajaron bien y supieron reaccionar a tiempo para presentar un resultado correcto, no de 10, pero correcto.
"Ser los menos malos de un desastre no es que te anime mucho", afirmó el realizador de publicidad.
Su risotto del prado y su magret de uva dulce fueron los mejores platos de la prueba. Eso sí, Emil se mostró más nervioso que nunca y la serenidad a la que nos tiene acostumbrado dio paso a saltos, palmas y zarandeos durante los minutos que cocina su compañero.
Como premio, Cristóbal y Emil no tendrían que cocinar el resto del programa, asegurándose una plaza en el próximo programa. Un regalo que no gustó tanto al catalán ya que él prefería cocinar y demostrar su talento.
Al final lo consiguió. Mateo, lesionado tras un corte en el dedo, no podía cocinar y lo eligió para que lo sustituyese en el equipo azul. "Intentaré dar lo máximo posible para salvar al equipo", declaró Emil.
Y lo hizo. Su grupo ganó la prueba y Pepe alabó su actitud y entrega aun no jugándose nada.
Una noche con sabor a Italia
Otra de las grandes favoritas del concurso es Vicky, que fue la única que elaboró un tiramisú y una panacota con la textura y el sabor adecuado. Le quedaron tan ricos que Pepe no dejó que Jordi y Samantha probaran uno de los postres.
Todo esto en una noche dedicada a la cocina italiana, con Andrea Tumbarello como chef invitado. Él es propietario de Don Giovanni, uno de los mejores restaurantes italianos de Madrid.
Tumbarello endulzó la noche de MasterChef con su carácter y motivó a los aspirantes contando sus inicios en la cocina. El chef empezó hace tan sólo ocho años en el oficio, sin preparación culinaria, pero "con esfuerzo, trabajo y pasión" se ha convertido en un maestro.
Toledo, referente de arte y cultura
La prueba de exteriores tuvo lugar en Toledo, escenario principal de la conmemoración el IV centenario de la muerte de El Greco. La capital manchega reúne en un exposición la mayor parte de la obra del pintor.
Y como no podría ser de otro modo los aspirantes cocinarían un menú referente de esta tierra, platos llenos de sabor, tradición y vanguardia creados por Pepe Rodríguez para su restaurante El Bohío (Illescas).
El mejor menú para unos comensales de lujo, entre los que se encontraban Pablo Hohenlohe (propietario del Palacio de Tavera), Rafael Alonso (restaurador del Museo del Prado), Ubaldo Serrano (restaurador jefe del Museo Thyssen), Rafael Canoger (pintor y fundador del grupo El Paso), Soledad Lorenzo (representante de pintores) y Pilar González de Gregorio (presidenta de Christie's).
Todo un honor para MasterChef que terminó en vergüenza por los errores de los equipos: hicieron esperar a los invitados, sacaron la carne cruda, el pescado pasado y, para colmo, el anfitrión del evento encontró un plástico en su plato.
Pero como al mal tiempo buena cara, nuestros jueces encontraron momentos para bromear y divertirse haciendo lo que más les gusta: cocinar.