Celia abandona el veganismo y MasterChef la misma noche
- El jurado da un toque de atención a los aspirantes: es hora de lucirse
- Mateo, Cristóbal y Marina destacan en las pruebas individuales
- Vuelve a ver el programa 8 completo, sólo en RTVE.es
"Aunque haya cocinado carne hay mucha gente que ha sabido qué es el veganismo por mí". Así se despedía Celia, la última eliminada de MasterChef.
La Prueba de eliminación de esta semana fue el colmo para la vegana, que tuvo que cocinar criadillas por primera vez. Destrozó el producto con una cocción errónea y, después de varias semanas en la cuerda floja, el jurado decidió que debía abandonar las cocinas.
Celia se fue emocionada y muy triste porque MasterChef le estaba sirviendo para evolucionar en la cocina y como persona. Dejó sus ideas a un lado al entrar en el programa, ha comido carne, pescado e incluso "ha matado" a una langosta.
"Mi corazón sigue siendo vegano pero lo he dejado a un lado para poder aprender", reconoció la aspirante.
Celia nos deja grandes momentos, reflexiones del Feng Shui y de Hipócrates y hasta un léxico propio, en el que está incluido NutriAnanda (de nutrición y felicidad eterna en sánscrito).
Una aspirante a la que los espectadores echarán de menos porque ha levantado pasiones y críticas por igual.
El mejillón, el producto estrella de Galicia
MasterChef ha sobrepasado el ecuador y es hora de que los aspirantes demuestren lo que han aprendido. Así lo espera el jurado o al menos lo esperaba al comienzo de este programa en el que exigían ver alta cocina.
Pero nada más lejos de la realidad. Los aspirantes volvieron a 'liarla parda' en la Prueba por equipos que esta vez les llevó a las Rías Baixas (Galicia).
Allí trabajaron en las cocinas del restaurante Pepe Vieira (Pontevedra), con una estrella Michelin y dirigido por el chef Xosé Cannas, y elaboraron platos típicos de la región con uno de sus mejores productos: el mejillón.
"El género más fresco imposible. Por muy mal que lo hagamos a la gente le va a gustar, seguro", señaló Vicky tras faenar a bordo de un pesquero y recoger los mejillones para la prueba.
Pues ni por esas: la sopa de mejillones les quedó aguada, los mejillones a la marinera crudos y con demasiado sabor a ajo y la empanada gallega... ¡Insuficiente!
"Habéis sacado platos con el sudor de Cristóbal, los mocos y lágrimas de Marina y el aliento de Mateo. Eso ni donde Mari La Cochina", dijo Pepe.
Platos tradicionales, los mejores de la noche
Obviando el desastre de la Prueba de exteriores, hubo varios aspirantes que se brillaron en los retos individuales. En la Caja misteriosa, Mateo siguió una receta de su abuela y elaboró una sopa de marisco y rape que dejó con la boca abierta al jurado.
"Nos has enseñado un plato de la memoria a todo un país. Esto es lo primero que tiene que transmitir un cocinero: que no se pierda la cultura", apuntó Jordi Cruz.
También se llevó los halagos de Eneko Atxa, chef invitado en plató, que cuenta con tres estrellas Michelin en su restaurante Azurmendi (Vizcaya).
El chef vasco deslumbró a los aspirantes con su sencillez y maestría. Les habló de cocina, en especial del azafrán, "una joya de la gastronomía", probó los platos y valoró el trabajo de cada uno de los chicos.
"Me ha emocionado. Gente como Eneko Atxa es la que te hace ver que hay que darlo todo y ponerse las pilas", reconoció Emil.
Otro que sorprendió a los jueces fue Cristóbal que elaboró un bisque de pescado muy rico y con el que consiguió el aprobado.
Una de cal y otra de arena
Marina acabó la noche resoplando y feliz. Los callos al estilo de la tía Leo (receta de Paco Rocero) fue uno de los mejores platos de la Prueba de eliminación y le dio el pase al siguiente programa.
Pero su sonrisa debería ser sólo de medio lado, ya que también fue la que más enfadó al jurado. Sacó a Jordi de sus casillas intentando defender un plato sin sentido.
"La única palabra que me sale de la boca al ver tu plato es pretenciosa. Esto es una porquería", exclamó el chef catalán.
Lo hizo mal, es verdad. Fue arrogante, es verdad. Pero Marina es una mujer que puede "vestir de Chanel y meter la mano en el culo a un caballo" #Grande #Fan.
Y Emil y Vicky, los alumnos aventajados, pincharon esta noche. El barcelonés cocina muy bien pero no termina de dar el plus de excelencia; y la carnicera intenta ser creativa pero mete la pata.
"Me gusta comer más a lo burro, en cantidad. No soy pija ni fina. Quiero serlo pero no me sale", explicó Vicky.
El jurado más duro y divertido de la tele
El jurado de MasterChef es implacable y muy exigente, pero también el más divertido de la televisión. Jordi y Pepe siempre encuentran momentos para bromear y suelen protagonizar los momentos más cómicos en cada programa.
Cada vez que Jordi se acerca a la cocina de Vicky, la temperatura sube. La mallorquina no es capaz de trabajar mientras el chef le mira.
Y los momentos estrella de Pepe siempre son durante... ¡la cata! Su peculiar forma de comer es de lo más comentado por los fans pero parece que le está saliendo un digno competidor: Emil. Aún no sabemos quién de los dos come peor el hígado encebollado que preparó el aspirante.
Así es MasterChef: emoción, nervios, presión, risas y cocina, mucha cocina. Sólo quedan ocho en las cocinas y están cada vez más cerca de alcanzar sus sueños.