Ángel Haro: El juego como motor del arte
- El artista y escenógrafo expone La tregua
- En el Espacio Tabacalera, Madrid, hasta el 22 de junio
¡Atención obras!
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“Yo reivindico el juego como una de las cosas más serias que tiene el arte”. Ésta es una de las “frases perla” que acumulé durante la entrevista con Ángel Haro mientras recorríamos su exposición, “La tregua”, en La Tabacalera de Madrid.
“ Yo reivindico el juego como una de las cosas más serias que tiene el arte“
Buscar el vínculo con el espectador a través del juego, otras de sus máximas, esa complicidad en el disfrute que vincula al artista con el espectador porque la exposición de Haro es éso, juego: “ésto es como Rayuela de Cortázar, hay un recorrido pero puede haber otro”.
Haro me contaba que le gusta jugar con la memoria del espectador. En el caso de esta muestra, una instalación multidisciplinar que propone un recorrido a través de una serie de grandes piezas (pintura, escultura, espacio sonoro y audiovisual), lo que pretende el artista es que el espectador vaya recibiendo una serie de emociones que “le van pinchando despacito” y que al final se le suman en una emoción final con el recuerdo de todas las piezas. “A mí me interesa que la narración sea lo que el espectador se va contando a sí mismo durante el recorrido por las piezas”.
Ideas claras que quedan manifiestas en una exposición que nos recibe con la contundente “Obertura”, una obra hecha a partir de un viejo barco atunero que ya nos anuncia esa gran ópera en la que nos vamos a ir dejando llevar.
Un viaje por el arte
Recorriendo los pasillos de la Tabacalera, como si de una viaje se tratara, “paseamos” por otra gran pieza, “La tregua”, que da título a la muestra.
“ A mí me interesa que la narración sea lo que el espectador se va contando a sí mismo durante el recorrido por las piezas“
Sigue el juego y desembocamos en “Estrella del norte”, una obra que reflexiona sobre cuáles son las cosas que anticipamos y nos hacen que vayamos hacia ellas.
Tres paradas en un itinerario que tiene otros andenes donde detenerse. Un conjunto de obras que vamos encontrando en las diferentes salas y pasillos de La Tabacalera y donde Ángel Haro, también escenógrafo y vaya si se nota, ha jugado con la luz y las sombras siguiendo la tradición de la pintura española del Barroco.
Un disfrute para la vista, una tregua en la realidad y sobre todo un remanso de emociones donde jugar y abandonarse.
Anotado queda. Hasta el 22 de junio en el espacio Tabacalera Promoción del Arte.